Pátzcuaro, Michoacán.- Miles de almas de este mundo y el otro concurrieron en un mismo lugar, la zona lacustre de Pátzcuaro, que volvió a celebrar la Noche de Ánimas por todo lo alto.
Era de noche cierto, pero el sitio se llenó de luz, en los templos y panteones de las veladoras en las ofrendas y en los caminos de los autos que hacían filas kilométricas para llegar a verlo.
Apenas había caído la penumbra en la ciudad cuando el mismo secretario de Turismo del estado, Roberto Monroy, se dijo confiado no sólo de que la afluencia superaría la generada en 2020 que tuvo cerca de 130 mil personas.
“Es la imagen de México ante el mundo”, señaló el alcalde de Pátzcuaro, y tal vez tenía razón puesto que los recorridos por la zona habían habitantes de al menos tres continentes, Europa, Asia y otras zonas de América Latina como Colombia.
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“Es la primera vez que venimos y creo que estamos en el mejor lugar que podríamos estar”, expresó Francisco Gómez, miembro de la Cuarentuna de Valencia quien vino con sus compañeros músicos a conocer la tradición.
Se tomaron medidas como ordenar el tránsito peatonal y colocar filtros con gel sanitizante, aunque en algunos parecía no darse abasto.
Los sementerios se llenaron de murmullos de varios acentos desde el de Ciudad de México hasta hasta el regio norteño.
“Quería conocer estas tradiciones tan bonitas que tienen”, comentó Iván Saucedo, quien viajó desde el meritito Monterrey, luego de que familiares le contaron de cómo se vivía la Noche de Muertos en Michoacán.
La multitud lejos de molestar a los habitantes, los enorgullece.
“Le damos la bienvenida a la gente de todo el mundo que cada año viene”, comentó Fidel Téllez, habitante de Pátzcuaro.
La comunidad como siempre recibió generosa a los turistas, pero más a las ánimas, con las que se aprovechó para compartir de nueva cuenta, una cena, un trago o un cigarro.
Las Ánimas volvieron y los viajeros también.