Morelia, Michoacán..- “Los partidos como Michoacán Primero nacimos para darle voz a quienes no se sienten representados por esta batalla sin futuro en la que no puede haber ganadores, esta batalla en la que lo único que hemos obtenido son cenizas”, expuso Antonio Plaza Urbina, Presidente Estatal de esta nueva fuerza política de nuestra entidad.
La expresión tuvo lugar durante la instalación del Consejo Local del Instituto Nacional Electoral (INE) en Michoacán, donde los viejos partidos nacionales dedicaron su tiempo a descalificarse mutuamente. Es esta violencia y polarización la que lleva al ciudadano de bien a no sentirse representado e incluso alejarse de la participación democrática, recalcó el Dirigente.
“A nosotros nos preocupa un proceso electoral en el que la polarización y la violencia del discurso político pueden seguir creciendo y aparten al ciudadano de bien, a ese ciudadano que quiere encontrar en la política y en los gobiernos las soluciones y repuestas a sus problemas de todos los días”.
En contraste, subrayó que Michoacán Primero nació en este contexto para ser una alternativa con una vocación muy diferente: poner primero al ciudadano, reconstruir la vida pública y encabezar un debate que lleve a crear las soluciones que tanta falta le hacen a las michoacanas y los michoacanos.
“Para nosotros en Michoacán Primero, un partido político local que surge apenas este año, es motivo de celebración estar aquí en esta mesa. El que haya el reconocimiento de parte del Instituto Nacional Electoral para integrar a los partidos políticos locales a este consejo, lo agradecemos y reconocemos como un avance democrático muy importante”.
Plaza Urbina ahondó en que la polarización y cerrazón protagonizada por los viejos partidos nacionales deja de lado a los ciudadanos, pues ni siquiera existe la posibilidad de sostener un diálogo encaminado a resolver los problemas de la gente.
“No todos nos sentimos representados por los partidos políticos nacionales que hoy están en una contienda polarizada y, en muchos aspectos, destructora de la vida pública, que ha empobrecido el debate político y que impide que muchas soluciones políticas pueden ser construidas con base en el consenso y en la buena voluntad”, concluyó.