Dicen los resabios políticos mexicanos que una elección en nuestro país no se gana, sino que esta se opera, tal como decía Lennin acerca de las Revoluciones y su organización. Sea dicha la verdad es que estos dichos no distan mucho de la realidad, ya que reconociendo los antecedentes históricos de nuestro país y el cómo ha evolucionado nuestro sistema democrático podemos confirmar este aforismo que se usa bastante en la clase política mexicana o dentro de los círculos de intelectuales que de vez en vez intentan encontrar el hilo negro de esta ciencia.
De esa manera sobra decir que las elecciones se operan mediante las estructuras políticas de cada partido, e incluso algunas que no son parte de ellos, es por eso que ahora en medio de la contingencia sanitaria y a punto de comenzar las elecciones en nuestro estado se reflejan los refranes que apuntan a que las elecciones solo se ganan con estructura y que solamente los partidos consolidados en Michoacán pueden competir al margen de eso para desechar por un lado las mediciones, la popularidad y la plataforma de gobierno, una máxima que no les sirvió para mucho en las elecciones del 2018.
Desde luego, esto apunta en contra del Movimiento Regeneración Nacional que por ahora representa el aliento de cambio para la gubernatura en el estado, ya que este siempre ha sido criticado e incluso siendo el blanco de las burlas de los representantes de los demás partidos políticos al asegurar que el partido Obradorista carece de estructura, dichos que resultan falsos. Es falso ya que no podríamos comparar la manera en la que la estructura del Morena ha sido conformada contra los demás partidos que se han valido del poder público para poder conjuntar una base clientelar que responda únicamente a sus intereses.
La estructura del Morena se construye desde la organización popular, en donde se encuentran los ciudadanos conscientes de que las políticas neoliberales han causado tanto daño a nuestro país, ciudadanos que conocen que la única manera de poder salvar a la nación es organizándose de manera heterogénea, reconociendo la igualdad entre un campesino y un empresario, reconociendo que solo se puede lograr un cambio por la vía pacífica. Esa es la estructura del Morena, que bien puede ser criticada por su mala organización, sus peleas internas por el control del partido y de las candidaturas pero que hoy por hoy es la más grande de México.
Así que tal vez, la estructura del Morena no tenga varios nombres o se divida en sectores como se acostumbra en los demás partidos, que no otorgue placas o distintivos a los líderes o caciques de las colonias, que no obligue a los afiliados de los sindicatos a anotarse como representantes de casilla, o que no llene eventos con los trabajadores de sus gobiernos amenazándolos con su permanencia laboral. Finalmente, las elecciones sí se ganan con las estructuras, lo que les cuesta realmente aceptar es que sus estructuras ya no existen de la misma manera en que organizaron el fraude electoral del 2006 y la compra de la presidencia en el 2012
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