Marvely Garnica comunicadora con 2 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita; una joven con opiniones distintas.
Estudiante de la carrera Ciencias y técnicas de la comunicación, a nada de egresar. Conductora, locutora, reportera, fotógrafa, cineasta. “Soy comunicóloga, le hago a todo. Recientemente se me ha presentado la oportunidad de redactar”.
Semana de exámenes y otras maneras de morir poquito.
Marvely Garnica.
La vida de un comunicólogo ha sido criticada por los siglos de los siglos. Ámen. Y continuará siendo así, pues junto a los periodistas, fotógrafos, reporteros locutores y todos lo comunicadores del mundo siempre hemos sido demeritados por lo que hacemos.
Se creen que pueden hacer lo que nosotros sin necesidad de aprender nada, “Cualquiera puede hacer eso” , “En tu carrera no hacen nada”, “Tú y tu tarea de prescolar”, y tal vez lo que hacemos no sea tan complejo, como resolver problemas de física o química, pero sí nos conlleva mucha vida y dedicación.
Ejercer como comunicador, va de lo más seguro y tranquilo como trabajar en tu computadora, agusto, en tu casa, hasta salir a la calle a buscar las noticias del día al día que muchas veces llevan a arriesgar tu integridad de la persona.
Nos iremos por el lado “Light”, ya que soy estudiante y mi vida aún no es pesada, excepto cuando llegan los exámenes.
Regularmente, hago pocos exámenes, mi carrera exige más lo práctico: Hacer proyectos, que van desde vídeos, programas, cortometrajes, entrevistas, exposiciones, etcétera, y tú pensarás: ” Eso está bien fácil. Quisiera yo hacer eso”, pero demanda mucho tiempo y dedicación, como lo dije al principio. Desmañanarce, desvelarse, y llorar sangre cuando el “render” se suspende o al exportar te indica que restan 4 horas para que finalice el proyecto, como me pasó hace unas horas.
Los comunicólogos, también sufrimos, pero sinceramente sufro bonito, e incluso lo disfruto. Prefiero eso a exámenes normales, con los que sufren los demás mortales.
Independientemente de la carrera, el grado o edad, la semana de exámenes siempre será el terror de todos los alumnos alrededor del mundo y no podemos hacer nada contra ello, existirán para siempre. Así que no queda más que echarle ganas y disfrutar, porque después viene el verdadero examen de la vida: La vida profesional.
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