Estados Unidos. – El presidente electo Donald Trump anunció este jueves su intención de nombrar a Robert F. Kennedy Jr., activista conocido por su escepticismo sobre las vacunas, como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Este nombramiento ha desatado controversia debido a las opiniones de Kennedy, que han generado alarma entre expertos en salud pública, quienes temen que su llegada al puesto pueda agravar la desconfianza en las instituciones sanitarias del país.
Trump destacó en su plataforma de redes sociales, Truth Social, que Kennedy restauraría la “investigación científica de referencia” en las agencias de salud y pondría fin a la “epidemia de enfermedades crónicas”, un mensaje que apeló a su base política. Kennedy, por su parte, prometió liberar a las agencias de salud de lo que considera una “captura corporativa”, defendiendo la nutrición y la eliminación de aditivos alimentarios.
Sin embargo, su historial ha generado gran preocupación. Kennedy ha promovido teorías desacreditadas sobre las vacunas, como su vinculación con el autismo, y ha hecho declaraciones controversiales sobre tratamientos médicos no respaldados por la ciencia, como la hidroxicloroquina para el COVID-19. Además, ha criticado a las agencias gubernamentales, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
El nombramiento ha recibido críticas tanto de demócratas como de algunos republicanos moderados, quienes lo consideran una amenaza para la salud pública. La senadora demócrata Patty Murray calificó la elección como “catastrófica”, mientras que Richard Besser, exdirector interino de los CDC, advirtió que Kennedy representaría un “riesgo increíble” para la salud nacional.
Pese a la oposición, algunos republicanos más cercanos a Trump, como el senador Tommy Tuberville, expresaron su apoyo a Kennedy, destacando su enfoque crítico hacia la industria farmacéutica. La confirmación de Kennedy dependerá de la votación del Senado, y algunos legisladores, como la senadora Susan Collins, se han mostrado cautelosos, aunque no descartan su apoyo.
Con este nombramiento, Trump refuerza su vínculo político con Kennedy, quien apoyó al presidente electo después de suspender su campaña presidencial, y quienes juntos han ganado apoyo entre votantes descontentos con las instituciones tradicionales. Sin embargo, la controversia sobre el historial de Kennedy en temas de salud podría complicar su confirmación en el Senado.