Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel adicional del 100% a todas las importaciones procedentes de China y nuevos controles a la exportación de software crítico fabricado en territorio estadounidense. Las medidas, que entrarán en vigor el 1º de noviembre, son una represalia por las recientes restricciones de Pekín a la exportación de minerales de tierras raras, esenciales para la industria tecnológica.
A través de su plataforma Truth Social, Trump advirtió que estas acciones podrían adelantarse “si China toma nuevas medidas” y acusó al país asiático de “mantener como rehén a la economía mundial”. También amenazó con cancelar su próxima reunión con Xi Jinping, prevista para finales de mes durante el Foro APEC en Corea del Sur.
El anuncio detonó una fuerte reacción en los mercados internacionales. Las acciones en Wall Street sufrieron su peor caída desde abril, con el Nasdaq desplomándose 3.56%, el Dow Jones 1.88% y el S&P 500 2.71%. En tanto, los inversionistas se refugiaron en activos seguros: el oro superó los 4 mil dólares la onza y el dólar se debilitó frente a otras divisas.
El impacto también alcanzó a los mercados energéticos, donde el precio del petróleo cayó más de 3%. El crudo WTI cerró en 58.90 dólares por barril, su nivel más bajo en cinco meses. La nueva escalada comercial entre las dos principales economías del mundo reaviva los temores de una crisis global impulsada por la confrontación económica entre Washington y Pekín.