Los hechos ocurridos en San José de Gracia del municipio de Marcos Castellanos, en donde un grupo de civiles armados ejecutaron en forma de fusilamiento a por lo menos 10 sujetos que cuyos cuerpos fueron desaparecidos de la dantesca escena, nos muestra la realidad de que los michoacanos vivimos en un estado fallido, gobiernos municipales cómplices, gobiernos estatales rebasados y autoridades federales ciegas.
Los ciudadanos estamos a merced de que cobardes armados amedrenten, roben, secuestren, asesinen y todavía se autonombren como justicieros de la realidad alterna que ellos mismos forman. Cada gobierno tiene que llevar a cuestas los resultados de una fallida ejecución de la aplicación de justicia, y la falta de autoridad que poco a poco fue escalando hasta los niveles más altos, pues la complicidad de los grupos criminales existe por los favores que muchos ahora gobernantes les fueron concebidos para ganar campañas.
Acaso ya se nos olvidó cuántos aparecieron en videos con capos negociando apoyos, recordemos a Servando Gómez “La Tuta” con varios políticos e incluso con periodistas haciendo negocios para el beneficio de ambas partes; unos ganaban espacios políticos, los otros pagos a cambio de manejo de información en favor del cartel, y el grupo criminal obtenían impunidad, así como pagos mensuales de gobiernos arreglados, así como espacios en obras públicas y seguridad.
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Los grupos criminales poco a poco comenzaron siendo el gobierno alterno, ellos llevaban los acuerdos entre particulares, hacían de jueces; deliberaban pleitos legales, inclusive tenían la última palabra en el manejo de los recursos municipales, no se diga en detenciones bajo el cobijo de una institución municipal, es más organizan hasta las fiestas del pueblo.
Para muchos esta narco-cultura es el modelo a seguir, pues les genera riqueza, respeto (por temor), y sobre todo pueden ser más que una autoridad, este cáncer ya es fulminante para el cuerpo social de un estado como Michoacán, pues se mezcla la sociedad hasta empresarial con estos grupos, esto generó a una nueva clase que vive en las mejores zonas residenciales, asiste a sus hijos a las mejores instituciones académicas y conviven en los mismos clubs deportivos de los empresarios y políticos.
No es circunstancial, que nuestros gobiernos estén ausentes cuando se les requiere, que sean ciegos ante la presencia de grupos criminales y sean inoperantes, pues pareciera que existe complicidad en un país donde el presidente apuesta por soltar delincuentes y estrechar la mano de la madre de un capo antes de atender familias de desaparecidos e incluso enfrentar a criminales que se pasean impunemente por ciudades con armas y uniformes tácticos.
La empatía se muestra desde una mañanera que evidenció el actuar de las autoridades municipales, estatales y federales, un reporte desde la Fiscalía de Michoacán de pena ajena, un gobernador que prefirió esconder la cabeza como avestruz y un presidente que acusa al conservadurismo del país de atacarlo.
¡Malditos neoliberales!, han manchado a México de sangre, le dejaron a nuestro presidente un país imposible de gobernar; con grupos criminales que usan los nombres de estados y afectan su imagen, además no han entendido que ya no vivimos como antes, ahora los delincuentes limpian su escena del crimen y hasta recogen los cuerpos. Entiendan conservadores y delincuentes de cuello de blanco que aún siguen en el PRIAN, porqué no se unen a la transformación y limpian su imagen con un nuevo rostro moreno.
Pie de página
No olvidemos que los que pidieron ser nuestros gobernantes nos prometieron un municipio más seguro, un estado en paz y país con estabilidad económica. Hoy no vivimos en paz, no contamos con seguridad y tampoco vivimos con ingresos sostenibles. Ya es tiempo de tomar las riendas del país, se acabó el discurso de las culpas, a mitad del camino ya desaparecieron los aires de la transformación para convertirse en desesperanza de las víctimas de la inseguridad, de la pandemia, del desempleo, de la falta de medicamentos y de los que aún claman justicia.
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