México.- La relación entre México y Ecuador se ha tensado aún más en los últimos días, en medio de una serie de incidentes que han puesto en jaque la diplomacia entre ambos países. Todo comenzó cuando el Ejército ecuatoriano emitió un comunicado alertando sobre un supuesto traslado de sicarios desde México y otros países hacia Ecuador, con la intención de realizar atentados contra el presidente Daniel Noboa y su gabinete. Sin embargo, la cancillería mexicana no tardó en responder, rechazando tajantemente esas acusaciones y calificándolas como narrativas infundadas y sin base.
Este enfrentamiento se enmarca en una crisis diplomática que se intensificó el pasado 5 de abril, cuando las fuerzas policiales ecuatorianas asaltaron la sede diplomática de México en Quito. En ese operativo, se llevó al exvicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción, en un intento de evitar que fuera trasladado a México, donde buscaba asilo político. La respuesta mexicana fue contundente: un breve comunicado que condenaba el “violento asalto” y que, en consecuencia, rompió relaciones diplomáticas con Ecuador.
¿Qué dijo Claudia Sheinbaum?
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también se pronunció en su conferencia matutina, asegurando que México no mantiene relaciones diplomáticas con Ecuador mientras Daniel Noboa siga en el cargo. La mandataria acusó directamente al presidente ecuatoriano de ser responsable de la invasión a la embajada mexicana en Quito, lo que ha agravado aún más la crisis.

Por otro lado, Daniel Noboa, quien fue declarado ganador de las elecciones ecuatorianas con una ventaja de 12 puntos sobre la candidata correísta Luisa González, aún no ha sido reconocido oficialmente por México ni por Colombia. La presidenta Sheinbaum mencionó que esperarán a que finalice el conteo final, ya que González había denunciado fraude, aunque finalmente se confirmó la victoria de Noboa este viernes.
En medio de esta tensión, Ecuador ha declarado una “alerta máxima” ante la supuesta amenaza de atentados, mientras que las misiones internacionales de la OEA y la Unión Europea han señalado ciertos desequilibrios en la campaña electoral, aunque sin llegar a cuestionar la legitimidad del proceso. La OEA destacó que algunos aspectos del proceso electoral no fueron ideales, pero que no justifican poner en duda los resultados.
La situación sigue siendo delicada y muestra cómo las tensiones políticas y diplomáticas pueden escalar rápidamente, poniendo en jaque la estabilidad de las relaciones internacionales en la región. Ambos países parecen estar en un momento de alta tensión, y el tiempo dirá cómo se resolverá esta crisis.