Espacio Sideral.-La sonda espacial Cassini se volatilizó como un meteorito en su ardiente final en la atmósfera de Saturno, tras un impresionante viaje de 20 años, confirmó la NASA el viernes.
La confirmación de la esperada desintegración de Cassini se produjo a las 11:55 h. Fue entonces cuando las señales de radio de la nave espacial, un estallido final de datos científicos, cesaron bruscamente. Las ondas de radio se volvieron planas y la sonda quedó en silencio.
Cassini se quemó como un meteorito 83 minutos antes, mientras se desplomaba en la atmósfera de Saturno, convirtiéndose en uno con el planeta al que fue enviado en 1997 para explorarlo. La última señal tardó esos 83 minutos en llegar a la Tierra.
Más de mil 500 personas, muchas de ellas miembros del equipo pasado y presente de la sonda, atestaron el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por su siglas en inglés) en California para lo que se describió como una vigilia de celebración. Aún más personas se reunieron en el cercano Instituto Tecnológico de California.
Aunque triste como todos los demás, el director de proyecto Earl Maize dijo estar muy orgulloso y que no podía haber pedido más de “una máquina tan increíble”.
Cassini, la única nave espacial que ha orbitado en torno a Saturno, nos mostró de cerca el planeta, sus anillos y sus lunas en toda su gloria. Quizá lo más fascinante fueron los mundos oceánicos descubiertos por Cassini y su pasajero, el módulo Huygens, en las lunas de Encélado y Titán, que podrían tener el potencial de albergar vida.
“Hemos dejado al mundo informado pero todavía haciéndose preguntas”, dijo Maize esta semana. “Tenemos que volver. Lo sabemos”.
Cassini fue diligente incluso en sus últimas horas, tomando una última ronda de imágenes antes de su última tarea: tomar muestras de la atmósfera en el gigante gaseoso y enviar los datos de vuelta a la Tierra.
La nave quedó fuera de control al precipitarse a 122 mil kilómetros por hora. Los responsables del proyecto invitaron a los telescopios en la Tierra a buscar el último destello de Cassini, pero no eran optimistas sobre que pudiera avistarse desde mil millones de kilómetros de distancia.
Este Gran Final, como lo llama la NASA, se organizó cuando el combustible de Cassini empezó a agotarse tras 13 años explorando el planeta. Los científicos querían impedir que la sonda se estrellara contra Encélado o Titán, contaminando esos cuerpos impolutos, de modo que en abril se dirigió a Cassini en una ruta antes inexplorada entre las nubes de Saturno y los anillos. Veintidós veces, la nave entró en ese hueco y volvió a salir. La última vez fue la semana pasada.