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Washington, D.C.- Hace unos días, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo hizo pública su reunión y supuesta conversación con el presidente del Comité Selecto Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff; el equipo del funcionario estadounidense dejó en claro que el mandatario estatal violó las estrictas normas de secrecía que rigen las conversaciones privadas en Washington.
No es la primera vez que Aureoles rompe protocolos. El año pasado, difundió en redes sociales videos exhortando a los michoacanos nacionalizados a votar por Biden, en un acto claramente injerencista.
De acuerdo con una nota de Sin Embargo,
“Me dio la impresión de que el congresista (Schiff), presidente del comité, está muy informado del tema porque me dijo, ‘Es muy grave lo que está sucediendo en México’. Coincidió conmigo en que la democracia en el país está en riesgo… Hubo una frase que él uso: ‘Esto tiene que sacudir la política estadounidense’”, declaró Aureoles describiendo la supuesta reacción de Schiff.
En rueda de prensa el viernes, Aureoles sostuvo que, en el encuentro con Schiff, que según él duró 45 minutos, le entregó un dossier de presuntas pruebas confidenciales que muestran cómo grupos delincuenciales aterrorizaron al electorado para obligarlo a votar por Morena en la “narcoelección” del 6 de junio en Michoacán.
De acuerdo con el político michoacano, el demócrata de California le habría dicho que “hay cierta reserva” y “prudencia” en elevar el tema de la violencia y el narcopoder en México porque la administración Biden necesita la colaboración sobre migración del gobierno de AMLO.
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La oficina de Schiff corroboró el encuentro con Aureoles, pero refutó tajante su versión sobre la conversación que, subrayó, fue privada.
“No comentamos sobre reuniones privadas, pero no es un relato fiel de la discusión”, me dijo Lauren French, portavoz de Schiff, desmintiendo las afirmaciones de Aureoles.
La inusual refutación fue en respuesta a mi pregunta pidiendo corroborar la versión unilateral de Aureoles de que Schiff reaccionó “preocupado” a su alegato de que México se está volviendo un “narcoestado” y Morena un “narcopartido”, exclamó que iba a “sacudir la política” de EEUU y afirmó que no era el momento propicio para abordar el tema con México.
En su capacidad de presidente del poderoso Comité Selecto Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Schiff es uno de un puñado de legisladores con máxima “security clearence”, lo que le da acceso a información secreta de los servicios de inteligencia. El comité que preside tiene jurisdicción sobre 20 departamentos y agencias federales que recaudan inteligencia, incluidos el Departamento de Estado, el FBI, la CIA, la NSA y la DEA, entre otros.
Schiff recibe a gente que le pide cita y cuya opinión considera importante escuchar. Pero son reuniones privadas, para no atribución. Al hacer público el contenido de su conversación con Schiff, lo que hizo primero en su cuenta de Twitter, Aureoles violó las estrictas normas de secrecía que rigen las conversaciones privadas en Washington.