Sin persecuciones facciosas, sin venganzas políticas pero sin encubrir a nadie y sin permitir la impunidad, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció ayer un discurso en torno a su Segundo Informe en el que en 18 páginas concentra su visión del México de este momento y las acciones de su gobierno, traza futuras acciones y reconoce a la sociedad, a las fuerzas armadas y a empresarios sus aportaciones.
Como ha sido su costumbre inició condenando la corrupción, consustancial al capitalismo y al neoliberalismo, decimos nosotros.
Se marca una diferencia de fondo en el tema de la austeridad de su gobierno, pues los anteriores derrochaban recursos. Ahora, en menos de dos años se ahorran 560 mil millones de pesos. Es cierto que el gobierno federal actual enfrenta dos crisis: la de la salud agudizada por la pandemia y la económica.
Causa indignación conocer el dato de que había 401 hospitales “abandonados, saqueados o a medio construir” en un evidente acto sucio e inhumano de gobiernos panistas y priistas. Y más, que hagan falta 200 mil médicos, enfermeras y especialistas de la salud cuando, como recordamos, Peña Nieto desde que fue gobernador limitó la formación de médicos en la UAEM y que como presidente hizo lo mismo a nivel nacional en un acto reprobable e inhumano al abandonar la salud del pueblo, igual a la política de Fox que para engañar creó el “seguro popular”.
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Destaca el apoyo a adultos mayores beneficiados en número de 9 millones y a jóvenes que enfrentan la pandemia con el apoyo del actual gobierno porque los anteriores “rescataban” a millonarios.
Tres millones de agricultores y pescadores reciben apoyos y se avanza para cubrir el territorio con internet, además de otorgar once millones de becas a alumnos.
Reconociendo la gran aportación económica de las remesas de emigrantes, no omitió la pérdida de empleos y el desastre mundial de la economía de menos (-) el 10.4 por ciento.
Buen enfoque, a juicio del PPS, el de la política internacional de México y la mención de la alta votación histórica para que México sea miembro del Consejo de Seguridad de la ONU. Así las menciones de Conacyt y de las grandes obras del sexenio (el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y el Ferrocarril Transístmico), fortalecen la visión de un gobierno que, obedeciendo el mandato del pueblo, retoma el camino de la Revolución Mexicana. Buen documento, a juicio nuestro.
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