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Mundo.- El ejemplar de tortuga verde, que se encuentra en peligro de extinción, fue rescatado por un pescador artesanal en Buenos Aires, quien la trasladó al centro de rescate y rehabilitación más cercano, donde le realizaron varias pruebas para determinar su estado de salud. Después de notar que defecaba basura, le realizaron una placa radiográfica que reveló que no quedaban cuerpos extraños en su interior.
La cantidad de desechos que había ingerido fue la causa de su bajo peso, ya que los residuos generan una “sensación de falsa saciedad”, explicó el veterinario Juan Pablo Loureiro. “Es muy preocupante encontrar basura de este tipo dentro del sistema digestivo de una tortuga marina. Hay que tener en cuenta que la acumulación de basura le genera una sensación de falsa saciedad que va disminuyendo la ingesta de alimento por parte de estos reptiles. Esto, claramente, las va debilitando y puede condicionar su supervivencia”, detalló.
Finalmente la tortuga pudo regresar a su hábitat natural el pasado 6 de mayo. En lo que va del año 24 tortugas pudieron ser rehabilitadas y reinsertadas, de las cuales 11 de ellas defecaron algún tipo de plástico, según datos de Mundo Marino.
Varias organizaciones llevan tiempo alertando sobre los riesgos de arrojar basura a los océanos y mares, en los que se están produciendo lo que se conocen como “islas” de residuos, que se unifican llegando a alcanzar dimensiones alarmantes.
Una de las islas más grandes es la del océano Pacífico, en la que, según los últimos datos de la fundación holandesa The Ocean Cleanup, se concentran más de 79.000 toneladas de plástico en una superficie estimada de 1,6 millones de kilómetros cuadrados.
Fuente: Noticias Caracol