Venezuela.-Venezuela se aproxima a 2018 en medio de pronósticos negativos en materia económica y política, con el subrayado de que la hiperinflación podría llegar al seis mil por ciento al final del año entrante.
Para este final de 2017 el alza de precios se ubica en alrededor de dos mil por ciento, pero Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, advierte que dentro de 12 meses podría haberse triplicado.
El país sudamericano enfrentará obligaciones de deuda el año siguiente por ocho mil 300 millones de dólares (mdd), además de que el pago por importación de alimentos y medicinas se calcula en 16 mil millones de dólares .
En contraste, los ingresos por renta de petróleo y derivados se estima en 21 mil millones de dólares, lo que en números redondos habría un faltante en divisas por tres mil 300 mdd.
En ese marco, es posible que el ingreso de medicinas y alimentos vuelva a reducirse el próximo año, indica la economista Herrera.
En otra de sus proyecciones, apunta a que el salario mínimo llegue a 4.78 millones de bolívares, al mismo tiempo que el dólar paraleo puede alcanzar un tipo de cambio de 8.7 millones de bolívares.
“Las hiperinflaciones se traducen en cambios políticos, pero no sabremos cuál será el tipo de transición que se logre en el país (…) Cuando se entra en la hiperinflación, se entra en el terreno de lo no pronosticable”, señaló.
En materia política, Daniel Merchán, abogado y director de la Consultoría Universus elaboró tres escenarios para 2018.
En el primero señala que podría escindirse el “anillo cercano” al presidente Nicolás Maduro, con una transición pacífica. Esta tendría la premisa de la presión internacional y regional así como reagrupación de la oposición.
El analista reconoce que este es el “escenario ideal” pero de difícil obtención en el corto plazo, pues la oposición se encuentra fragmentada.
El segundo escenario que bosqueja Merchán está conformado por compromisos mínimos de gobernabilidad, que se derivarían del alivio de las sanciones internacionals a cambio de reformas económicas, refinanciamiento de la deuda y rescate de garantías electorales.
Sin embargo, precisa, “hay razones suficientes para creer que existen elementos que no permitirían o dinamitarían la feliz conclusión de esta hipótesis”.
Por ello, podría inclusive esperarse como conclusión de este segundo escenario la intervención militar interna para reconfigurar el Estado, lo que podría suceder con el tutelaje de la comunidad internacional y la aparición de actores no previstos.
Por último, Merchán cita su escenario tres, el más complejo y duro, con el colapso económico y el fracaso de cualquier tipo de negociación, lo que hace que el actual gobierno se muestre como un régimen de fuerza.