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Porque robar tiene su ciencia: “Comunidad Científica” – La Opinión de Benjamín Mendoza

La corrupción en México tiene muchas aristas, muchas formas, muchos mecanismos, muchos nombres; lo legal no siempre es lo correcto y es que cuando de beneficio personal se trata, al menos en la administración pública, para beneficiarse casi nunca se hace lo correcto. Robar tiene su ciencia, si lo dudan, contacten al Foro Consultivo Científico y Tecnológico A. C. o como ellos se han denominado en estos últimos días, la “Comunidad Científica”, tal vez, con su pronta y erudita asesoría, puedan degustar en lo inmediato, un desayuno con un valor de 35 mil pesos. La corrupción en México tiene muchos rostros, uno de ellos se esconde tras un escritorio, entre probetas de un laboratorio, viajando en primera clase, hoy la corrupción se puso bata y tiene cara del CONACYT.

La FGR busca obtener el permiso de un juez para darle prisión preventiva oficiosa a 31 “científicos” vinculados al Foro Consultivo Científico y Tecnológico, asociación civil patrocinada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, por delitos como delincuencia organizada y peculado, éstos, a su vez, han llamado a sus colegas a alzar la voz acusando un atentado en contra de la “comunidad científica” en el marco de lo que ellos entienden como una cruzada emprendida por el Gobierno Federal en contra de la ciencia. Lo relevante de éste hecho no debería ser el papel que juega la fiscalía ni a que se dedican los “Galileos” presuntamente perseguidos, lo relevante es que se cometió un delito y que los culpables, como cualquier ciudadano común, deben pagar.

Un reportaje publicado recientemente por el portal poderlatam.org expuso la malversación de recursos públicos que el CONACYT ejerció vía una asociación civil denominada Foro Consultivo Científico y Tecnológico A. C. durante 16 años, una mansión en Coyoacán, 80 millones de pesos a Monsanto, contubernio con el Grupo México, dictámenes a modo solapando desastres naturales y hasta la reforma energética, además de viajes de lujo y servicios de tintorería y telefonía forman parte de la lista de gastos faraónicos que la autodenominada, “comunidad científica”, realizó desde la creación del Foro en 2002. Financiando fideicomisos y fondos gastaron 287, 300, 000 pesos, cifra que en muchos de los casos no puede transparentarse debido a que se suscribe como un trato entre particulares cuando desde una asociación civil se transfiere el efectivo a un fideicomiso. 80 millones de pobres y 31 “científicos” gastando a sus anchas el dinero de nuestros impuestos.

El Foro Consultivo Científico y Tecnológico es conformado por miembros de universidades públicas de renombre, miembros de los Consejos o Institutos de Ciencia y Tecnología de los 32 Estados de la República y por empresas privadas, sí, esas qué, como Monsanto, Ford y Grupo México no sólo se han visto envueltas en polémicas ambientales sino que también han sido conscientes de ello anteponiendo la generación de capital, su capital, a la depredación del medio ambiente y los intereses de la nación. Los presuntos científicos miembros del Foro avalaron el dictamen para evitar que se rescatasen a los mineros en la tragedia de “Pasta de Conchos”, avalaron la reforma energética de Peña Nieto para darle sustento científico al supuesto “rescate de México” emprendido por el paquete de reformas estructurales, se embarcaron en la construcción de un mega planetario, “el más grande América Latina” que no cuenta con bardas ni restaurante, apoyaron la realización de una estación satelital sin baños, avalaron la construcción de elefantes blancos en todo el país, destinaron 82 millones de pesos para financiar boletines cuando el CONACYT cuenta con un área propia de comunicación social, se adjudicaron “compensaciones” del presupuesto que recibían cuando la ley de Ciencia y Tecnología prohíbe a sus miembros, recibir salario alguno… Como ya se percató, querido lector, los miembros del Foro, esos 31 “científicos” que hoy acusan persecución no son perseguidos en vano.

La Ley de Ciencia y Tecnología, al igual que la Ley Orgánica del CONACYT, dictan la creación de un Foro Consultivo Científico y Tecnológico con el objetivo de impartir asesoramiento en la materia a diversos espacios gubernamentales y al propio CONACYT, conformándose éste bajo la figura de un Órgano Colegiado Interno así como Autónomo en sus opiniones, nunca como un ente externo y particular. Meses después de que entrase en vigor esta ley, Patricia Zúñiga Cendejas, Secretaria del Foro y José Antonio de la Peña Mena, Coordinador de éste, constituyeron ante un notario público la entidad jurídica “Foro Consultivo Científico y Tecnológico A. C. (Foro A. C.), por lo cual impulsaron que el estatuto de CONACYT fuese reformado para validar la operación de este ente en la dependencia gubernamental. Así es como en contra de la Ley de Ciencia y Tecnología, este Foro ha operado desde 2002 suplantando funciones del Estado al no haberse constituido de conformidad en lo previsto a la Ley de Entidades Paraestatales, tampoco ha transparentado del todo recursos, pues su figura legal es un contrato entre particulares.

No nos dejemos engañar, que los medios afines al antiguo régimen salgan a minimizar dichos actos no es gratuito, muchos de sus miembros a lo largo de estos 16 años han formado parte de las filas del PRI, además de que el tema puede enmarcarse muy cómodamente en las campañas de desprestigio que constantemente impulsan medios que han perdido privilegios a raíz de la instauración del gobierno de la 4T en México, acusando autoritarismo, oscurantismo y hasta retroceso. Después de que la FGR solicitara las ordenes de aprensión y de que un juez las denegara, se han dicho muchas cosas, la mayoría de ellas, falsas, pues el juez en materia penal no encontró elementos suficientes para juzgar como culpables a los 31 “científicos” mencionados debido a que es un tema fiscal. Lo único que tiene que hacer, ahora la FGR, es replantear la acusación y turnarla a otro juzgado y ¡listo! Pasaran de desayunar con 30 mil pesos a desayunar en el penal del Altiplano.

Se dice mucho de una supuesta venganza del Fiscal Gertz Manero contra los acusados por haberle negado su ingreso al Sistema Nacional de Investigadores durante muchos años, también se especula sobre un supuesto revanchismo de Álvarez Buylla, directora actual del CONACYT, contra el club de los 31, lo cierto es que las pruebas son claras y los números no mienten, Dutrenit, Tagüeña y compañía deberán comparecer ante la ley mexicana por el uso indebido de recursos públicos, financiamiento a empresas privadas, suplantar funciones del Estado, quebrantar la Ley de Ciencia y Tecnología disfrazando a una A. C. de Órgano Interno y adjudicarse remuneraciones cuando dicha Ley lo prohíbe, pero sobre todo, deberán comparecer ante el pueblo de México por crear y sostener más burocracia, por no otorgarle nada más que publicaciones incipientes producto de investigaciones estériles que poco o nada han servido para mejorar la calidad de vida, por no innovar, por no inventar, por no garantizar el avance tecnológico, por no promover a ras de suelo sus refritos en forma de libritos con portadas aburridas, por mantener parásitos y caciques enquistados en los Institutos de investigación universitarios de todo el país, por beneficiar a sus amigos financiando sus proyectos, por creerse superiores, por perpetuar las élites, por solapar hasta las últimas consecuencias plagios y abusos a becarios y ayudantes de investigación, por irse de vacaciones a Europa, Brasil, China justificándose en un congreso, por gastarse, indiscriminadamente, de forma superflua y faraónica, su dinero.

Sobre las “Cátedras CONACYT” no hay mucho que decir a los demandantes, salvo que maduren, que el complejo del eterno estudiante se supera a los dos o tres años de egreso, que cuando de verdad descubran o inventen algo que ayude a mejorar la calidad de vida de los mexicanos y aporte al conocimiento científico y tecnológico mundial el pueblo de México por si solo les gestionará una pensión vitalicia, pero mientras eso sucede, pues que busquen

trabajo, como lo haría cualquier otro ciudadano mexicano. “Comunidad Científica”, no representan a todos los investigadores, no representan a todos los científicos, no representan a todos los académicos, profesores, estudiantes, becarios, no representan a las universidades, no representan ni el ingenio, ni la inteligencia, ni la creatividad, ni la capacidad ni la innovación del pueblo de México, sólo se representan a ustedes y a sus privilegios, ¡asústense!, pues más pronto que tarde, el pueblo recuperara las instituciones educativas y las pondrá al servicio de la nación.

Porque robar tiene su ciencia, afilemos los machetes, ya casi amanece y será hora de salir a cazar, si ellos nos roban el dinero, nosotros robémosles el sueño.

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