Fotografía/The Nation
Palestina.- Isra´a disfrutaba con lo que hacía, era maquilladora en su pueblo, Beit Sahour, cerca de Belén, en la Cisjordania ocupada. Pero lo que más le ilusionaba era casarse con su novio. Se prometieron a mediados de agosto y estaba tan contenta que lo publicó en sus redes sociales. La alegría le duró muy poco. El 22 de agosto murió en un hospital.
Según los primeros datos de la investigación abierta, cayó de un balcón de su casa. Tres de sus hermanos están detenidos, acusados de arrojarla. No aprobaban su relación. Isra´a llegó viva al hospital, pero allí volvieron a golpearla hasta la muerte. Unos audios que han visto la luz lo confirman.
La familia niega la mayor y apunta a que la joven se tiró al vacío porque sufría problemas mentales. Una versión que los amigos de Isra´a y activistas de derechos humanos rechazan.
Al menos 18 mujeres han muerto por los conocidos como “crímenes de honor”.
Tenía 21 años y se ha convertido en la víctima número 18 de los conocidos como “crímenes de honor” en este 2019 en los territorios palestinos. Su asesinato ha levantado una ola de indignación, primero en redes sociales, y después en manifestaciones en distintas ciudades: Ramala, Belén, Jerusalén…
“Ya está bien. Hemos perdido suficientes mujeres; asesinadas, torturadas, violadas, acosadas. No hay justicia”, clama Amal Khayyat. “Es una vergüenza que en el año 2019 todavía tengamos que discutir si alguien tiene el derecho de asaltar o matar a otra persona. No tiene ningún sentido”, añade Fares Arouri.
Por primera vez, cientos de mujeres palestinas han dejado el miedo en casa y están alzando la voz contra un sistema patriarcal y machista que las maltrata impunemente.
“Queremos un sistema de justicia moderno, leyes que nos protejan”, exige Ahlam al-Washsh, de la Unión Palestina de Mujeres. El código penal palestino es de 1960 y está en el centro de la polémica. Apenas protege a las mujeres y las penas a los maltratadores y asesinos, cuando las hay, son menores.
Muchos miran estos días a la Autoridad Palestina, criticada por mirar hacia otro lado con demasiada frecuencia. En esta ocasión, la presión es tan grande que hasta el primer ministro palestino ha tenido que intervenir: “Estamos investigando el caso de Isra´a Ghrayeb. Varias personas están detenidas y están siendo interrogadas”, ha asegurado Mohammad Shtayyeh.
Para muchas mujeres palestinas no es suficiente. Quieren cambios reales y profundos a nivel legislativo y social. “Hay que desarrollar programas que enseñen el principio de igualdad de género”, han declarado en un comunicado la Unión General de Mujeres Palestinas e Instituciones Feministas.
Están determinadas a que algo cambie para siempre. Amal Khayyat lo tiene claro: “Nosotras somos todas Isra´a y continuaremos protestando hasta conseguir justicia por ella y por tantas otras”.
Fuente original: rtve