Morelia, Michoacán.-La debilidad del Estado de Derecho en Michoacán tiene varias décadas y ha detonado múltiples conflictos que mantienen al vilo tanto a las instituciones como a la sociedad misma.
Cuando el perredista Silvano Aureoles Conejo tomó las riendas de la entidad, hilvanó un discurso promisorio e, incluso, le puso fecha de solución a algunos de los principales flagelos.
Setecientos cincuenta y tres días después de ello, la nave no endereza en los tres rubros que llevan a calificar de exitosa o fallida a toda administración pública: gobernanza, finanzas sanas y transparencia y confianza ciudadana.
Todos los días y no pocos medios estatales impresos y digitales publican innumerables narrativas oficiales sobre presuntos avances en todas y cada una de esas asignaturas, logros que estarían conduciendo a corto y mediano plazos al establecimiento de un estado pacífico, seguro y próspero.
La realidad, sin embargo, no es como la pregonan los juglares oficiales, una especie o grupo de “unilateralistas egocéntricos”, como los calificaría Maquiavelo, y que poco abonan para que Michoacán ingrese a una ruta de desarrollo social incluyente y más allá del faccionalismo.
A los apologistas de la acción de gobierno todo buen consejo les “irritará los oídos”, pero hay estadísticas serias que ponen en tela de juicio “los importantes avances” en poco más de dos años de gestión de Aureoles Conejo.
La empresa Security Consulting Technology Risk Management desarrolló su Índice GLAC, compuesto por datos cuantificables de la realidad social, procedentes de organismos internacionales, nacionales, académicos, organizaciones sociales y fuentes privadas, además de factores que miden los cambios y efectos que la sociedad percibe de los indicadores, a través del uso de técnicas modernas de big data en tiempo real de medios de comunicación, redes sociales y encuestas.
Los sectores que se analizan son el político-social, seguridad-justicia y económico-financiero. La escala del índice GLAC tiene un rango de -4 a 7, en el que -4 es el valor que representa las circunstancias de mayor debilidad y vulnerabilidad de una entidad; y el valor de 7 representa las mejores condiciones.
Para Michoacán, los datos publicados o desplegados en el web site de esa empresa comprenden hasta finales de abril de 2017. La calificación es de -0.468, la posición 25, luz ámbar y sólo por arriba de Oaxaca, Edomex, Puebla, Tabasco, Chiapas, Zacatecas y Guerrero, todos estos últimos en foco rojo.
Según el Índice GLAC, la entidad gobernada por Aureoles Conejo, estaría en el nivel de “inseguridad limitada-riesgos sociales”.
Revisada cada semana, de inicios de 2016 a abril de 2017, la medición registra retroceso en todos los sectores: político-social, seguridad-justicia y económico-financiero.
Cuando una entidad se ubica entre -4, -2, se menciona que hay crisis institucional e ingobernabilidad.
Aunque la empresa Security Consulting Technology Risk Management todavía no precisa cuándo actualizará los datos sobre Michoacán, se prevé que la próxima calificación pueda descender, toda vez que de abril a octubre la cifra de delitos de alto impacto creció, amén de que las finanzas públicas estatales siguen encarando serios problemas de liquidez.
El domingo pasado el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Nacional reportó que en septiembre se reportaron 125 víctimas de homicidio doloso en Michoacán.
Esta cifra fue la tercera más alta del año, ya que en enero y febrero se registraron cifras de 130 y 138, respectivamente.
De enero a septiembre pasado, los casos de homicidio dolosos fueron mil 31, ubicando al estado en la lista donde los índices de violencia repuntaron.
En síntesis, en suelo michoacano murieron violentamente un promedio de tres personas al día del primer día del año en curso, al último de septiembre pasado.
Otro de los ejes determinante en la aprobación o rechazo de la gestión de gobierno es el de las finanzas sanas.
A Aureoles Conejo le heredaron administraciones priístas y perredistas una deuda pública por casi 33 mil millones de pesos en octubre de 2015, lo que representó el 4.3 por ciento del Producto Interno Bruto estatal. Al cierre de junio de 2017, el monto de los empréstitos llegó al 4.6 por ciento del PIB.
Bajo el escenario anterior, al también expresidente municipal de Zitácuaro puede complicársele su gestión y encarar resistencias para convencer a la mayoría de los michoacanos que el camino de su proyecto es el adecuado para superar los obstáculos.
Otro factor más que restará margen de maniobra al exsenador será el proceso electoral en puerta y sus ambiciones por alcanzar la candidatura a la presidencia de la república.
Erica Benner, investigadora en la Universidad de Yale, indica en libro Be Like the Fox: Machiavelli’s Lifelong Quest for Freedom, que “las democracias actuales son inmensas máquinas impersonales manejadas por personas a las que parece importar más su carrera que el bien público”.
Hay algunos personajes políticos y empresariales que han comentado que el gobernador debe concluir su mandato y concentrarse al ciento por ciento en los problemas que heredó y prometió solucionar en el corto y mediano plazos.
Los buenos consejos, dice la máxima china, “irritan los oídos” de los necios, pero también, añadiría Maquiavelo, a los “unilateralistas egocéntricos”.