México. – Desde que entró en vigor la prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas el pasado 29 de marzo, los niños mexicanos han encontrado una manera de sortear la medida: se han convertido en “emprendedores” y comenzaron a vender sus propias golosinas y snacks escondidos en sus mochilas.
En una primaria de la alcaldía Gustavo A. Madero, los estudiantes de tercero de primaria han tomado la iniciativa. Algunos venden gomitas, Cheetos y sopas Maruchan preparadas con agua caliente que llevan en termos. Otros, como Felipe, ofrecen jugos y bebidas azucaradas. A pesar de la normativa que prohíbe estos productos en las cooperativas escolares, los alumnos continúan disfrutando de sus botanas durante el recreo.
Mientras tanto, la cooperativa escolar, que antes vendía tacos y refrescos, ahora ofrece opciones más saludables como frutas y agua embotellada, pero enfrenta resistencia de los estudiantes que prefieren la comida chatarra. Los vendedores ambulantes afuera de las escuelas también intentaron adaptarse, pero han visto caer sus ventas.
El cambio de hábitos también ha sido difícil para algunos padres, quienes argumentan que las alternativas saludables son más caras, especialmente ante el aumento de precios de productos como frutas y verduras. Sin embargo, la información oficial sobre precios muestra que los costos de frutas y verduras han bajado, lo que contrasta con las quejas de los padres.
A pesar de las recomendaciones y la nueva normativa, los pequeños “emprendedores” continúan con sus negocios en las aulas y patios escolares, mostrando que la prohibición no ha detenido el consumo de comida chatarra en las escuelas.