México. – Un reciente estudio sobre ratones que viajaron a bordo de la Estación Espacial Internacional ha revelado graves efectos en su estructura ósea debido a la microgravedad. La investigación señala que la pérdida ósea, provocada por este entorno, no solo afecta la actividad celular en los huesos, sino que también debilita su integridad, aumentando el riesgo de fracturas y otros problemas, como la formación de piedras en los riñones.
Tras 37 días en el espacio, se observó que los fémures de los ratones presentaban grandes agujeros, especialmente en las zonas donde se conectan a la cadera y la rodilla. En contraste, la parte lumbar de la columna se mantuvo relativamente intacta. Esto sugiere que los huesos que soportan peso son los más afectados por la microgravedad, ya que no se ejercen las mismas fuerzas que en la Tierra.
Los estudios también han mostrado que los astronautas humanos experimentan pérdidas óseas similares, con algunas consecuencias irreversibles, como la disminución de la fuerza ósea y cambios en la microarquitectura ósea, que persisten incluso después de un año de regresar al planeta.