de José Miguel Pérez Pompa
Las firmes y necesarias decisiones tomadas por parte del Gobierno Federal, adelantando las medidas de las fases de la contingencia sanitaria para mitigar su propagación, así como el enérgico llamado a quedarse en casa si no se realizan actividades esenciales, han renovado el sentimiento solidario de los mexicanos, con un #MéxicoUnido para hacerle frente no nada más al Covid-19, sino también al difícil futuro económico que se prevé.
Desafortunadamente tendríamos que cuestionarnos dentro del Movimiento Regeneración Nacional, si este #MéxicoUnido que se enarbola desde el gobierno de la 4T, permea hacia la base militante y sus dirigencias o lo que queda de ellas. La situación que se preveía resuelta dentro del partido, se complica con el pasar de los días, aquella convocatoria que en un primer borrador arreglaría los nudos creados por las falencias y las ausencias de las dirigencias, ahora parece más complicado.
Durante este periodo de contingencia sanitaria, sería irresponsable llamar a que se realizarán de manera democrática, dentro de los tiempos definidos por la autoridad jurisdiccional y con sus asegunes, los procesos para la renovación de dirigencias en todo el país, como atinadamente recomendó la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia al Comité Ejecutivo Nacional, aunado a esto la reflexión que se hacía más de un año en la cual el partido debe caminar a lado del gobierno de la Cuarta Transformación en sus límites y posibilidades, que por ahora han sido responsables.
Sin embargo, la cuestión de fondo sigue siendo, la manera en la cual se vivirá orgánicamente estas decisiones que pueden ser tomadas por parte de la dirigencia nacional, pasado el letargo del partido que significó la cancelación y postergación de la renovación de las estructuras del año pasado, el panorama indica que solamente se aprendió por parte de las fuerzas, a sostener las luchas internas en el plano local, tal como se vivieron en el plano nacional.
El llamado de solidaridad y unidad del #MéxicoUnido no debe ser desatendido por todas las fuerzas del Movimiento Regeneración Nacional, es latente la intención por parte de la oposición a hacer leña del árbol caído, ya que como pregoneros del desastre arman sus posibles campañas del 2021 en torno a la contingencia sanitaria y la complicada situación económica futura.
La transición del complicado panorama en el que se vive actualmente y la manera como se resuelva por parte de las células del partido, marcará no nada más el desenlace de la renovación de sus estructuras internas con posibilidad de unidad y sana competitividad o con el retorno de las viejas prácticas que caracterizaron a todos los partidos del anterior régimen. También marcará la manera a desarrollarse de manera interna el proceso electoral del 2021 y la demostración de fuerza del partido-movimiento.
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