A horas de que terminen las campañas por la Gubernatura de Michoacán, en medio de un proceso enrarecido por las decisiones del Instituto Nacional Electoral, después de un mes de negar reiteradamente el derecho a tener un candidato al Movimiento Regeneración Nacional, a pesar de las amenazas a los servidores públicos y las actividades que buscan generar situaciones de violencia en el marco de las elecciones concurrentes en nuestro estado, hemos de decir que como al inicio de este año el pueblo de Michoacán sigue teniendo Esperanza.
Esperanza como en los años nuevos, esperanza de que nuestro estado se sume al ejercicio de transformación nacional, una esperanza que se ve confrontada en contra dela desesperación de una amalgama creada por la oposición a razón de su líder Claudio X González que busca a como dé lugar frenarle el paso al proyecto de nación que encabeza Andrés Manuel López Obrador y que en los últimos días se ha exacerbado al intentar y en algunos casos lograr bajar a diversos candidatos a gubernaturas o alcaldías importantes alrededor del país para darle mayores oportunidades a aquellos perfiles que representan el conservadurismo del PRI-PAN-PRD con plena vista en el 2024.
Sin embargo, Michoacán tiene Esperanza en que la ética sea un elemento primordial en el programa de gobierno, que sea la honestidad, la solidaridad, la transparencia, la eficacia y la responsabilidad las características que definan un nuevo periodo que contrasta inmediatamente con la falta de empatía del gobierno actual, la irresponsabilidad y el grado de conflictividad que siempre buscó capitalizar políticamente, mismo que ahora logra niveles de rechazo altos.
Michoacán tiene Esperanza de que exista una verdadera Reactivación económica, después de los estragos de la contingencia se necesita reactivar la economía de nuestro estado, sin embargo, no de una manera que no atienda la realidad social de los trabajadores, ni de la población más vulnerable, más aún ninguna política de reactivación que signifique el estrago de nuestro medio ambiente. Tiene esperanza también en que los programas sociales del Gobierno del Estado bajen realmente a la población que los necesita y que de manera posible complementen aquellos ya ofertados por la Federación para poder crear un verdadero modelo de Bienestar que tiene que eliminar el actual corporativismo y la creación de clientelas a lo largo de la entidad.
Michoacán tiene Esperanza de que realmente se gestionen de manera cuidadosa sus recursos naturales y que se deje la óptica extractivista que en los últimos años ha segregado a grupos de la población a carecer de los bienes naturales más básicos como lo es el agua. Nuestra sociedad guarda un gran anhelo a que sea reconocida su identidad cultural, diversa como lo es para que la cultura sea la plataforma vital para la transformación del estado.
La sociedad michoacana tiene esperanza en que pueda vivir tranquilamente su día a día, que la gobernabilidad no sea un objeto de cambio sino una obligación en todas sus regiones, que esta no sea limitada por perfiles exteriores que solamente vulneran la autonomía de la entidad con sus diversos conflictos de intereses. La regeneración no solamente deberá tocar temas éticos para la transformación del estado, sino también su medio en el cual la sociedad michoacana se desenvuelve.
La comparación termina siendo obvia, mientras la desesperación fundamenta los discursos de odio, confrontación y enrarecimiento del escenario político por parte de los partidos que amalgaman el conservadurismo en México, la Esperanza sigue siendo el motor del Movimiento Regeneración Nacional que en Michoacán busca aportar su grano de arena en la transformación nacional.
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