Morelia, Michoacán. – Con el lamentable hallazgo del cuerpo sin vida de David Otlica Avilés, presidente municipal de Nahuatzen durante la mañana de ayer, suman ya cinco alcaldes municipales michoacanos asesinados, durante la administración de Silvano Aureoles Conejo, todos en un periodo de dos años.
El 06 de octubre del 2017, el perredista Stalin Sánchez González fue acribillado afuera de su domicilio particular con armas AK-47 (conocidas como “cuerno de chivo”). El alcalde se disponía a trasladarse a palacio municipal en Paracho para comenzar con sus actividades cuando fue atacado. Policías estatales desplegaron un operativo de búsqueda para dar con el paradero de cinco hombres, presuntos asesinos.
Sobre el hecho hasta el momento se ha informado la detención de un implicado y uno más fue asesinado en Uruapan el año pasado.
El 14 de junio del 2018, Alejandro Chávez Zavala, quién buscaba la reelección a alcalde del municipio de Taretan fue muerto a balazo. En el momento en el que fue atacado por un comando, el candidato de la coalición de “El frente por México”, repartía propaganda política casa por casa en la comunidad de La Florida.
La Fiscalía de Michoacán, dio a conocer la detención de un posible culpable del homicidio de Alejandro, a quién después se le dictó prisión preventiva.
El 27 de junio, Javier Ureña González quién fungía como encargado del despacho de la alcaldía de Buenavista, Tomatlán fue asesinado mientras se trasladaba en su vehículo sobre la población “18 de marzo” en la carretera a Tepalcatepec.
En ese momento el actual presidente municipal, Lorenzo Barajas Heredia, se encontraba de permiso en búsqueda de la reelección de la presidencia, por lo que Javier Ureña atendía los asuntos del municipio.
Tan sólo unos días, Eliseo Delgado Sánchez presidente recién electo de Buenavista por parte de Morena también fue muerto a manos de sujetos armados que le dispararon desde un vehículo en movimiento, mientras comía en un restaurante justo frente a palacio municipal.
Los hijos del fallecido acusaron directamente a Lorenzo Barajas -presidente municipal que buscaba la reelección en Buenavista por parte del PRD- de ser el responsable de la muerte de su padre, de mantener nexos con los grupos de narcotráfico que operan en la zona, y manifestaron no tener confianza en Silvano Aureoles, pues tiene una amistad con el ex alcalde.
Sobre los últimos dos sucesos mencionados, se sabe que hay una persona detenida por el homicidio del presidente municipal electo, sin embargo, al mismo tiempo se le acusa a Eliseo Delgado Jr., como uno de los responsables de la muerte de Javier Ureña.
Al hijo del alcalde asesinado el 27 de julio se le vincula con el cártel de Los Viagras, como uno de los cobradores de cuotas de productores limoneros y empresarios.
Por último, ayer por la mañana se dio a conocer el “levantón” que sufrió el edil de Nahuatzen, David Otlica Avilés, durante la madrugada del martes, para que a las pocas horas fuera localizado su cuerpo sin vida, maniatado de manos y pies, y con claras señales de tortura, en la comunidad de Las Mesas, en Coeneo.
Desde su llegada al gobierno del municipio de la sierra michoacana, se mantuvo un ambiente ríspido entre las autoridades municipales y el Concejo Ciudadano Indígena de Nahuatzen, a quién se le habían retenido los recursos públicos por no comprobar la implementación de los mismos en sus comunidades.
En meses pasados, Otlica Avilés acusó al Concejo Indígena de haberlo amenazado de muerte, dándole un ultimátum de 24 para abandonar el lugar. El alcalde fallecido solicitó en reiteradas ocasiones la presencia de la policía estatal en su municipio, pues temía por su vida. También intentó el acercamiento con Juan Bernardo Corona Martínez y Pascual Sigala Páez, quienes en ese momento eran Secretario de Seguridad Pública y Secretario de Gobierno, respectivamente.
Lo último que se supo del joven edil de 27 años, fue que se reunió con los integrantes del CCIN, al llegar a su domicilio particular fue llevado contra su voluntad por sujetos armados, para encontrarlo muerto horas más tarde.
No es la primera vez que en el municipio de la sierra se vive una situación similar: en el 2013, Wilfrido Flores Villa fue muerto a manos de una persona armada en un restaurante de Pátzcuaro, en ese entonces fungía como presidente interino de Nahuatzen. En el 2015, Miguel Prado Morales fue obligado a realizar su trabajo como alcalde fuera del municipio, debido a amenazas de muerte por parte del Concejo Ciudadano Indígena.
Apenas hace 20 días, habitantes de Sevina -comunidad de Nahuatzen- entraron a la fuerza, con palos, piedras y cadenas a las instalaciones del Instituto Electoral de Michoacán, interrumpiendo la segunda etapa de la consulta sobre la transferencia de recursos públicos a la comunidad. Ahí destrozaron el inmueble y desafiaron a las autoridades, incluso intentaron golpear y quitarle su equipo de trabajo a un periodista que se había dado cita en el lugar para darle cobertura a la consulta del IEM.