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Morelia, Michoacán.- Después de este proceso electoral propiciemos una convivencia pacífica y respetuosa, puesto que todos buscamos el progreso, la justicia, el respeto a los derechos humanos y el bien de la Patria. Más allá de las diferencias ideológicas, compartimos un territorio, una historia, unos valores, un destino. Exhorto a todos los servidores públicos electos a que busquen siempre el compromiso por el bien común, promoviendo el orden, la justicia, la equidad y la paz, expresó el arzobispo Carlos Garfías Merlos.
En un mensaje mediante comunicado estableció que ante los hechos políticos y sociales que estamos viviendo en relación con el pasado proceso electoral del 6 de junio, exhorto a todos los fieles de Michoacán a la civilidad política y social, todos estamos llamados a construir nuestra democracia con interés y responsabilidad,
y en este momento postelectoral, con respeto.
“Ante la próxima transición de gobiernos lo más importante es la respuesta de los
ciudadanos, que han confiado en sus candidatos. Este es tiempo de dejar atrás la desconfianza y de hacer un verdadero esfuerzo por lograr la reconciliación y el respeto a las instituciones. Necesitamos fortalecer la convivencia pacífica, porque cuando ésta se destruye, se causan enormes sufrimientos para todos”, expresó.
Refirió que todos han hecho su esfuerzo en los distintos momentos del proceso y ahora es tiempo de hacernos más sensibles y conscientes de la necesidad de comprometernos juntos, poniendo todo el esfuerzo, para erradicar la corrupción, la ignorancia y las profundas desigualdades sociales que han marcado a nuestros pueblos. Por ello es necesario que los ciudadanos sigamos generando espacios de participación, exigibilidad y vigilancia de nuestra democracia.
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Este domingo, el obispo recordó el mensaje que dieron los obispos de México a los misioneros del país. “Hoy más que nunca, nuestras sociedades necesitan artesanos de la paz, que sean auténticos mensajeros y testigos, en la vida cotidiana, del bien ser, del bien dar y del bien estar, y con ello complementar la felicidad en la familia humana. En este sentido dirigimos nuestro pensamiento a las familias, niños y adolescentes, que viven en zonas de inseguridad o que han sido dañados por la violencia, y a todos los que se esfuerzan para que sus vidas y sus derechos sean protegidos”.
Garfías Merlos apuntó que muy variadas formas de violencia amenazan nuestra vida contemporánea, no sólo a través de las armas, sino también a través de las diferentes plataformas digitales y medios de comunicación masiva, los cuales tienen como fundamento la cultura de la indiferencia y del descarte, misma que el Papa Francisco ha señalado como una patología que puede provocar “consecuencias funestas”.
Por ello, señaló, estamos hoy presentes con la intención de renovar y mantener un diálogo provechoso, abierto y trasparente con las instituciones, convencidos igualmente de que un Estado capaz de apreciar las propias raíces religiosas, sabiendo aprovechar su riqueza y potencialidad, puede ser más fácilmente inmune a tanta violencia, causada también por el gran vacío en el ámbito de los ideales, porque es precisamente este olvido de Dios, en lugar de su glorificación, lo que engendra la violencia.
“Proponemos continuar construyendo a partir de los principios de solidaridad y
subsidiariedad, favoreciendo que prevalezca la ayuda mutua, y caminando animados por la confianza recíproca”.