Mundo. – Las lesiones de rodilla son comunes tanto en personas sedentarias como en deportistas, especialmente en los futbolistas, quienes son particularmente vulnerables debido a la intensidad y frecuencia de los partidos. Estas lesiones pueden ser causadas por traumatismos, movimientos inadecuados, sobrecarga o microtraumatismos repetitivos. Cuanto más se juega, mayor es el riesgo de sufrir alguna de estas lesiones.
El esguince de ligamentos es la lesión de rodilla más común, caracterizada por el estiramiento o desgarro de los ligamentos tras un golpe, giro forzado, o una caída inadecuada. Los síntomas incluyen dolor, inflamación y dificultad para caminar. El tratamiento varía según la gravedad e incluye aplicación de frío, antiinflamatorios y fisioterapia, aunque en algunos casos se requiere cirugía.
La rotura de meniscos afecta la capacidad de la rodilla para amortiguar las cargas entre el fémur y la tibia. Los síntomas son dolor, hinchazón y rigidez, y el tratamiento habitual es la artroscopia, con una recuperación de uno a tres meses. Por su parte, la rotura del ligamento cruzado anterior es una de las lesiones más preocupantes, pues requiere cirugía y hasta seis meses de recuperación.
Entre las lesiones más serias están la rotura del tendón rotuliano y la tríada, que puede implicar la retirada definitiva del deporte. La tríada afecta meniscos y ligamentos simultáneamente, y puede necesitar hasta un año de recuperación, con un riesgo de no recuperar completamente la funcionalidad de la rodilla.