Una de las ideas que tanto Andrés Manuel López Obrador como líder del Movimiento Regeneración Nacional y ahora como Presidente de la Republica siempre ha sostenido, es la de arrancar de raíz el antiguo régimen político de corrupción, el mismo régimen de privilegios mediante el cual políticos y funcionarios se sirvieron de la olla grande a expensas de los mexicanos, desde luego, la empresa a la que se compromete el presidente no es nada fácil, mucho menos cuando personas que se dicen seguir su ejemplo, lo que siguen son las viejas prácticas del régimen político.
Para AMLO, las viejas prácticas de la política o la política tradicional fueron lo que sostuvieron al mencionado régimen durante tanto tiempo, prácticas como los fraudes electorales, los acuerdos en lo oscurito, la compra de voluntades, la promesa de candidaturas, la corrupción, el nepotismo, el enriquecimiento ilícito, ensanchar encuestas, atacar a los aliados y otras más, sin embargo, también fueron las viejas prácticas las que convencieron finalmente a la sociedad de tratar de construir una política diferente, para poner al servicio del pueblo el instrumento de cambio por la vía pacífica; el Movimiento Regeneración Nacional.
Pero como se ha tratado en diferentes columnas, la composición heterogénea del Morena ha sido tanto como su fuerza, también una debilidad a cuestas ya que dentro de sus filas o por parte de los que quieren formar una parte de ellas existe el elemento latente de querer utilizar las viejas prácticas de la política para afianzarse y conseguir rédito político.
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En el momento que se vive actualmente con el periodo electoral próximo, las viejas prácticas pueden componerse como un mal hábito del Morena, tal y como abundan en los demás partidos políticos que siguen utilizando las mismas fórmulas de comunicación, organización y dirección; la inminencia se centra en las altas posibilidades de que el partido gobernante vuelva a posicionarse como la primera fuerza electoral, razón suficiente para que se protagonicen luchas encarnizadas para obtener las candidaturas que presumiblemente obtengan la victoria en las intermedias.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador está cumpliendo en gran parte el compromiso de arrancar de raíz el régimen de corrupción, sin embargo, este compromiso no se podrá llevar a cabo en el momento en el que aquellos que encarecidamente se empeñen en utilizar las viejas prácticas de la política para lograr sus fines personales o de grupo.
Las viejas prácticas o la política tradicional pueden ser un camino fácil para obtener un redito político en el corto plazo, por otro lado, la ética política por la cual se erigió Morena deberá probar que aun aquellos que formen o quieran formar parte de sus filas deben conducirse dejando de lado los viejos métodos de hacer política y que realmente se constituyan como el instrumento para servir a la sociedad, no servirse a sí mismos.
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