México.- El menú de navidad y año nuevo es un deleite para los paladares, todo con su respectivo recalentado, sin embargo, con el exceso en el consumo de alimentos condimentados, grasas, alcohol, dulces, y una alta dosis de estrés por la presión de los preparativos, el tráfico y los compromisos sociales, las celebraciones se pueden ver opacadas por la presencia de molestos y dolorosos padecimientos gastrointestinales.
De acuerdo con el Dr. José Roberto Garrido, Gerente Médico de Mayoly Spindler México, el Síndrome de Intestino Irritable (SII) más conocido como colon irritable, es el trastorno gastrointestinal más frecuentemente diagnosticado y la segunda causa de ausentismo laboral tras el resfriado común. Entre el 10 y el 20% de la población experimenta sus síntomas, pero solo un 15% de los afectados consultan a un médico. El estrés diario juega un papel fundamental en la exacerbación de sus manifestaciones: dolor abdominal, hinchazón y alteraciones del hábito intestinal, que se manifiesta con estreñimiento o diarrea.
De igual forma, en algunos casos, al existir un cambio en la dieta en los días de celebración, el organismo puede reaccionar a través del estreñimiento, es decir, deposiciones difíciles o poco frecuentes, heces duras o la sensación de que el recto no está completamente vacío después de una evacuación. El estreñimiento puede ser agudo o crónico. El estreñimiento agudo se inicia de forma repentina y manifiesta, el crónico puede comenzar de modo gradual y persistir durante meses o años.
Por otro lado, el Reflujo Gastroesofágico (ERGE) se ha identificado como un padecimiento común entre los mexicanos, en el que los contenidos estomacales se devuelven hacia el esófago. Puede irritar el tubo de deglución, causar acidez gástrica y otros síntomas. Los ácidos gástricos fuertes también pueden dañar el revestimiento del esófago.
A pesar de estas, y otras potenciales complicaciones, es posible disfrutar de las fiestas navideñas siguiendo algunas recomendaciones. En principio se invita a moderarse en la ingesta de alimentos y alcohol, consultar al gastroenterólogo para evaluar el estado general de salud. En ocasiones se sugiere el consumo de probióticos, pero aquellos que están avalados científicamente. Al respecto, el Dr. José Roberto Garrido, asegura que: “Un probiótico debe tener número de cepa y nombre científico e identificaciones terapéuticas. Específicamente son aquellos que han sido liofilizados, esto quiere decir que están inactivos y que ejercen su acción cuando llegan al intestino, lo que garantiza que pasarán la barrera gastrointestinal y empezarán a actuar de manera adecuada”. El especialista finaliza asegurando que es importante evitar el consumo frecuente de laxantes, la automedicación, pero más que nada, atacar y conocer la causa directa del síntoma, lo que solo se puede hacer a través del médico.