¿Las redes sociales están marcando la ruta de las decisiones en las públicas o privadas?
Es hasta cierto punto impresionante como las redes sociales están influyendo cada vez más en el comportamiento de las personas, los gobiernos y las empresas privadas; digo hasta cierto punto, porque en realidad lo que publicamos en nuestro facebook, twitter, instagram y cualquier otra red social que utilicemos, no es más que un espejo en el que reflejamos nuestra vida cotidiana, es decir, es como nuestro “diario moderno” y por tanto, muchos de los temas que vamos “agendando” en la vida saltan a la realidad tridimensional por esta vía.
El comentario viene a propósito de lo que ocurrió el fin de semana pasado en las principales avenidas de Morelia, de pronto los cientos de baches que se encuentran en el asfalto habían sido coloreados por los ciudadanos que siguiendo una tendencia que inició en internet, hicieron lo propio y se inspiraron en el acabado pavimento de esta bella ciudad colocando círculos, flores y hasta gusanitos con pintura amarilla para advertir al conductor donde se ubicaba cada pozo y con ello, evitar que cayeran dentro (el tamaño de algunos es enorme, así que vale la expresión) y además, señalar de manera patente al gobierno (municipal, estatal o federal) que las condiciones en las que se encuentran las vialidades no son las óptimas y que por supuesto, urge la recuperación de las mismas y no sólo unos cuantos “parchecitos” por la temporada de lluvias.
Sobre este tema de los brincos que hacen los temas del big data a la realidad, algunos teóricos alrededor del mundo ya señalan que las redes sociales han acelerado la democratización de las decisiones en el ámbito público, logrando empujar los asuntos que resultan interesantes o que afectan a la colectividad, y bajando, aquellos que no impactan a la cibernauta mayoría.
Sin duda alguna, aunque las redes sociales no son canales oficiales para que los ciudadanos expresen su sentir sobre alguna situación si empiezan a convertirse en una referencia importante para la toma de decisiones de las instituciones públicas y privadas, ya que una de las mayores tragedias que puede pasarle en estos momentos a cualquiera de las dos es ser esclava de sus propias palabras o imágenes al no tomar en cuenta el manejo que tienen en el ciberespacio y peor aún, ignorar de manera categórica lo que los ciudadanos o clientes expresan a través de las mismas porque en este caso si aplica que un mal comentario no sólo se replicará siete veces, incluso puede convertirse en un trending topic.