Milán.- La Semana de la Moda de Milán tuvo un momento inesperado cuando la Mona Lisa, con su piel pálida y su misteriosa sonrisa, apareció en la pasarela de Boss. No era el cuadro de Da Vinci escapado del Louvre, sino el artista británico Alexis Stone, quien volvió a demostrar por qué es considerado un maestro del performance y la transformación. Su entrada, lenta y solemne, convirtió el desfile en un espectáculo que desató ovaciones y viralidad en redes sociales.
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Detrás del personaje está Elliot Joseph Rentz, nombre real de Stone, un drag artist con 1,3 millones de seguidores en Instagram y fama global por su capacidad para convertirse en celebridades y personajes icónicos. Su historial incluye imitaciones perfectas de Cruella de Vil, Miranda Priestly, Jennifer Coolidge e incluso un Jack Nicholson hiperrealista en un desfile de Balenciaga en 2024. Cada aparición es mucho más que un maquillaje: es un ejercicio de escultura, prótesis, ironía y cultura pop.
En Milán, Stone eligió encarnar a la Mona Lisa, quizá la figura más reproducida y parodiada de la historia del arte. La decisión fue tan arriesgada como magnética: por primera vez, la Gioconda “caminó” una pasarela, en un gesto que desdibujó las fronteras entre moda, arte y meme. El público no sabía si aplaudir una obra de maquillaje, una sátira o un homenaje renacentista, pero lo cierto es que la escena quedó registrada como uno de los momentos más comentados de la Fashion Week.
Con esta intervención, Alexis Stone reafirma su lugar como un artista que entiende la pasarela como un escenario de performance. Su propuesta no busca solo impresionar con técnica, sino provocar preguntas sobre qué es arte, qué es moda y cómo lo digital y lo viral reescriben la experiencia estética contemporánea.