Italia. – El fútbol volvió a Italia. Tras 95 días en pausa por el coronavirus, la pelota volvió a rodar; y así de rápido ya nos otorgó al primer finalista de la Copa de Italia. A la Juventus le bastó con cumplir el trámite, y maniató al Milan para hacerse del primer boleto, tras empatar sin goles.
La Juventus fue ama y señora del encuentro. La Vecchia Signora impuso su estilo de juego de principio a fin del primer tiempo teniendo en Douglas Costa y Alex Sandro sus dos principales armas por las bandas.
El Milan trató de aguantar, pero solo pudo soportar los primeros 10 minutos. Conti trató de despejar un balón que venía desde el córner, pero se equivocó y perdió de vista el esférico. Para que no le quedara cómoda a Cristiano Ronaldo, el defensor italiano movió el brazo y tocó el balón con él. Este movimiento fue suficiente para que el VAR, que también regresaba a las canchas, dictaminara pena máxima.
Al minuto 15, Cristiano Ronaldo cobró, pero esquinó tanto su disparo que se estrelló contra la base del poste. El Milan despejó el balón, pero, al tratar de ganarlo, Ante Rebic extendió de más la pierna hasta encontrar la humanidad de Alex Sandro. La tarjeta roja fue inminente. El Milan terminaría de jugar el resto del partido con 10 hombres.
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Con uno más en la cancha, los ‘bianconeros’ fueron más insistentes al ataque. En concreto ‘CR7’ y Douglas Costa se hicieron presentes de forma contante en el área, pero la puntería, y el buen accionar de Donnarumma evitaron que el Milan se fuera con la desventaja al descanso.
El chip cambió por completo en la parte complementaria. Los ‘rossoneros’, con mucho que ganar y nada que perder se lanzaron al ataque en el segundo tiempo, y apenas al 49′ Calhanoglu apareció en el área con potente cabezazo. Buffon y el resto de la defensa vieron aliviados como la redonda abandonaba el campo.
Lamentablemente para la escuadra lombarda, dicho impacto, y un acercamiento de Kjaer fue lo que más inquietó a la Juve. Maurizio Sarri echó mano de su banca y comenzó a enfriar el encuentro. Piernas frescas los hicieron aparecer de nuevo al ataque, pero Paulo Dybala, en su remate de volea vio erigirse a Donnarumma por los aires, desviando a dos manos un gol casi seguro.
No hubo tiempo para más. Mucho corazón del Milan, pero el pecado del juego de ida, y la expulsión de Rebic definieron el rumbo del juego.
Fuente original: Marca