Por Luis Facuinde
Causa asombro y admiración que un jugador de fútbol manifieste su honestidad en la cancha ante una jugada que desate una decisión arbitral que beneficie a su equipo y afecte al contrario.
Jugadas circunstanciales y engaños de jugadores hay millones en todo el mundo, desde el fútbol amateur hasta el profesional; en los campos de tierra, pasando por los sintéticos, hasta llegar a los de mejor césped en imponentes y majestuosos estadios.
Los engaños han sido motivo de riñas campales en el llano; cuando son en el plano profesional, originan un cumulo de entrevistas, debates y señalamientos; en algunas ocasiones, los cronistas y analistas especializados emplean días analizando la situación, más si se trata de un encuentro decisivo o que involucre a conjuntos de alta convocatoria o de rivalidad deportiva significativa.
Como si se tratara de calidad, el engaño se da hasta en las mejores ligas y torneos del mundo. Sino, pregúntele al francés Thierry Henry, quien utilizando la mano controló el balón para servir a su compañero William Gallas, quien marcó el tanto con el que los ‘bleus’ calificaron al Mundial de Sudáfrica 2010.
El mismo Lionel Messi ha incurrido en engaños marcando con la mano. Y cómo olvidar uno de los goles más famosos de la historia del fútbol, el de la “Mano de Dios”, de Diego Armando Maradona ante Inglaterra en los Cuartos de Final del Mundial de México 86, aquel memorable en la cancha del Estadio Azteca.
¿Qué habría ocurrido si el argentino le hubiera indicado al árbitro tunecino Alí Bennaceur que lo anotó con la mano?
Al final, Argentina se alzó con el triunfo y dos partidos más tarde con la Copa… ¿Sin ese gol el resultado hubiera sido diferente y hubiera llegado a la final?
La honestidad no es algo que caracterice a muchos futbolistas, pero hay quienes si optan por el “Fair Play” y por dar un ejemplo a las nuevas generaciones de jugadores del respeto a su profesión, al contrario y a la afición.
Lo cierto es que, en el balompié mundial, una situación de este tipo es tan admirable como necesaria.
El ejemplo más reciente de estos jugadores que optaron por la honestidad lo protagonizó Luis Gabriel Rey en juego amistoso entre Morelia y América, disputado en San José, California y en el que Monarcas cayó 0-2 con goles de Silvio Romero al ’29 y Ricardo Marín al ’78.
Con el marcador a favor de América, el silbante marcó penalti a favor del cuadro michoacano, pero el “Canguro” colombiano le señaló a este que el balón había dado en la espalda del jugador rival, William Da Silva, por lo que el responsable de conducir el juego cambió la decisión y con el dedo pulgar hacia arriba agradeció la honestidad del delantero monarca.
Este se suma a antecedentes de Juego Limpio, entre ellos el de Miroslav Klose, quien por su paso en la Lazio, anotó con la mano y después de indicarle al silbante la acción, anuló el tanto.
En 1997, Robbie Fowler, jugador de Liverpool, también escenificó un momento de honestidad en el duelo ante el Arsenal, al marcarse un penalti a su favor, pero que el silbante no cambió y el castigo se ejecutó.
Por otro lado, recuerdo que en 2012, Christian Giménez manifestó que el fútbol mexicano era deshonesto, como consecuencia a la suspensión que la Comisión Disciplinaria impuso a Emmanuel “Tito” Villa, al anotarle con la mano gol a Atlante. Pese a que en esta ocasión el duelo entre Monarcas y América se disputó en Estados Unidos, ambos equipos son protagonistas del torneo mexicano.
En aquella ocasión, un furioso “Chaco” dijo que todo el fútbol mexicano era deshonesto. ¿Lo es?
Será que los futbolistas confunden el significado de “engaño” con “picardía”, o la exigencia de sus clubes y la educación juegan un partido importante en conducirse de manera recta y apelando a las reglas de juego Limpio, que dicho sea de paso, deben imperar en cualquier cancha.
Los futbolistas son personas que los niños y jóvenes admiran y que en algún momento de su desarrollo deportivo desean igualar o superar. Considero que se debe enseñar y educar a jóvenes futbolistas con estos valores significativos.
Los niños aprenden jugando y este tipo de muestras, sin duda, contribuyen a fortalecer el deporte más popular del mundo en todos sus sentidos.
¡Ojalá que este tipo de acciones se den más a menudo en el balompié mundial¡