Esto dijo, el que fue obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez en enero del 2014:
“El Estado de Michoacán tiene todas las características de un Estado Fallido. Los grupos criminales: Familia Michoacana, Nueva Generación y Caballeros Templarios, principalmente, se lo disputan (El Estado de Michoacán) como si fuera un botín. La Costa: para la entrada de la droga y los insumos para la producción de las drogas sintéticas; la Sierra Madre del Sur y la zona aguacatera: para el cultivo mariguana y amapola, el establecimientos de laboratorios para la producción de drogas sintéticas y refugio de los grupos criminales.
Las ciudades más importantes y todo el Estado: para el trasiego y comercio de la droga, “venta de seguridad” (cuotas) (sic), secuestros robos y toda clase de extorsión. <…> El pueblo está exigiendo al gobierno que primero agarren y desarmen al crimen organizado. El ejército y el gobierno han caído en el descrédito porque en lugar de perseguir a los criminales han agredido a las personas que se defienden de ellos. ¿No han comprendido que nos encontramos en un “Estado de necesidad?” (Un fragmento de La Carta pastoral del Obispo Miguel Patiño Velázquez, al pueblo de Dios que peregrina en la diócesis de Apatzingán y demás personas de buena voluntad, en http:/ /www.cem.org.mx/ articulos/ 1042-carta-pastoral-del-obispo-miguel-patino-velazquez.html acceso el 10 de junio 2016.)
La denuncia, del ahora obispo emérito de Apatzingán y en su tiempo, 2014, obispo titular, pareciera que siendo un eco del pasado después de seis años de dada, se puede aplicar perfectamente al 2019.
La Carta pastoral fue dada en enero del 2014 y se hizo viral, llegó a La Santa Sede, el CELAM, la CEM y a infinidad de medios de comunicación. Tal denuncia le valió la persecución y atentado de su vida por parte del crimen organizado.
Hoy las voces han callado, pero la situación es la misma, aunque de presentación diferente: en lugar de hacer escándalos con los asesinatos, éstos se ocultan, se impide que los medios de comunicación den a conocer la muertes, secuestros, desapariciones, las expulsiones y quema de casas se hagan visibles.
Mayo, junio y julio están siendo los mese más violentos en Michoacán que en cualquier otro gobierno, el gobernador Silvano y sus ayudantes más cercanos (Godoy Castro, el fiscal estatal, el sucesor del tal Arrieta, torturador y genocida de Arantepakua, etc.) tapan cualquier resquicio de verdad y de justicia.