Ha sido una experiencia extraordinaria. Aprender todos los días y todos los días moverse entre nuevos y complicados desafíos. Hacer las cosas con pasión y honestidad, sin aprovechar siquiera los días de descanso. Tropezar y levantarse con la fe en Dios y la confianza en el equipo, junto a quienes tuve el honor de servir.
Gracias a quienes me dieron la oportunidad y el impulso. Comunicar es extraordinario, pero ayudar es el gran privilegio de este trabajo. Sólo la emoción de ayudar supera la frustración de aquellos momentos en que no puedes hacerlo.
El amor y la paciencia de mi familia ha sido motor e inspiración permanente. Mis amigos y colegas consejo y guía. Ahora toca reponerles el tiempo que generosamente cedieron.
Sólo me llevo el color de los cielos, los caminos y las brechas de Michoacán. Me llevo el sabor de sus comidas exquisitas y sencillas. El olor de sus campos.
Sólo me llevo enseñanzas inolvidables de mis jefes y compañeros, me llevo un puño de momentos extraordinarios y lo más importante… Un montón de AMIGOS.
Tomar un respiro y seguir el camino. Ahí, Dios mediante, nos seguiremos encontrando. Aún queda mucho por recorrer.
Gracias. DLB.”