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Inglaterra. – Megan McGuillin, una joven universitaria de Irlanda del Norte, ha pasado la mitad de su vida con cirrosis.
Tenía solo 10 años cuando recibió el diagnóstico.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, esta afección generalmente aparece en la adultez, de los 45 a 54 años.
A Megan ni siquiera le han podido identificar el origen de su cirrosis.
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Una incertidumbre con la que debe vivir a diario es que en el futuro su hígado pueda dejar de funcionar como debe.
Megan sigue con su hígado funcionando, pero no en buenas condiciones.
El trasplante solo se podría hacer cuando se identifique una baja evidente en la función hepática o “tu condición haya afectado tu estilo de vida de tal manera que estés extremadamente mal”, dice.
Fuente LaTercera.