El gobierno de Israel anunció la expulsión de 171 activistas internacionales, entre ellos la reconocida ambientalista Greta Thunberg, quienes formaban parte de una flotilla humanitaria que buscaba entregar ayuda a la Franja de Gaza. El Ministerio de Relaciones Exteriores indicó que los deportados fueron trasladados a Grecia y Eslovaquia, y que entre ellos se encuentran ciudadanos de diversos países europeos y de Estados Unidos.
La flotilla tenía como objetivo llevar suministros y asistencia a Gaza, una región que enfrenta una crisis humanitaria prolongada. Israel sostiene que la operación no contaba con las autorizaciones necesarias para ingresar a la zona, y que las medidas adoptadas fueron parte de su política de control marítimo y de seguridad nacional.
Imágenes difundidas por medios muestran a Greta Thunberg en el Aeropuerto Ben Gurion, vistiendo un uniforme gris similar al utilizado en cárceles israelíes, lo que ha generado fuerte reacción en redes sociales y entre activistas, quienes criticaron la medida como una forma de represión a la protesta pacífica y a la acción humanitaria.
El caso ha abierto un nuevo capítulo de tensión internacional, ya que figuras públicas y organizaciones humanitarias exigen respeto al derecho de asistencia humanitaria y libertad de expresión. Expertos señalan que el incidente podría intensificar el debate sobre la situación en Gaza y el papel de Israel en el bloqueo marítimo de la región.