Morelia, Michoacán.- El rectorado de Yarabí Ávila González anunció una inversión de más de 154 millones de pesos en nuevas obras, destacando la monumental alberca olímpica que será edificada al interior de Ciudad Universitaria; sin embargo, la actual infraestructura universitaria lleva años en abandono y los funcionarios nicolaitas no atienden la situación.
Tal es el caso de los techos del Colegio de San Nicolás de Hidalgo, mismo que recientemente fue apuntalado con vigas de madera, ante el inminente riesgo de derrumbe.
Así también, la clínica del IMSS, anunciada por el pasado rectorado, quedó abandonada en obra negra, con un 67 por ciento de avance en su construcción en Ciudad Universitaria y en la que se invirtieron más de 50 millones de pesos.
Al momento al techo del Colegio de San Nicolás solo se le ha dejado unas vigas de madera, mientras se presume el avance de obras millones en Ciudad Universitaria.
Cabe mencionar que también diversos estudiantes han manifestado la falta de sanitarios en sus facultades, así como de agua y drenaje en los mismos, para eso Yarabí Ávila no manifestó ningún plan de acción en su pasado informe.
Empleados nicolaitas también señalan que al parecer las necesidades de los trabajadores son asuntos secundarios, lo cual se pudi comprobar el pasado diciembre, cuando el tesorero nicolaita omitió su responsabilidad de realizar las gestiones pertinentes para la obtención de los recursos necesarios para cumplir con los pagos de fin de año. “Hoy, en lugar de iniciar con la obtención de dichos recursos, buscan a toda costa como gastar millones y millones en una alberca que no requieren los universitarios y que, además, serán muy pocos los que tengan acceso a la misma”, refiere un manifiesto del SUEUM.
Agregan que mientras el Colegio de San Nicolás se desmorona a pedazos, la rectora persiste en arrebatar un espacio diminuto a la Secundaria Popular “Felipe Carrillo Puerto”, porque de no obtenerlo, dice que no se podrán cumplir las funciones sustantivas de la institución. “Esto es el ejemplo de humanismo, de bolsillo y de mercadería que se predica en nuestra querida universidad y no existe agresión ni falta de respeto de por medio, solamente la divergencia de opiniones que deben ser el motor de la pluralidad que prevalezca al interior de esta histórica institución”.