Déjenme les cuento algo que aunque es secreto a voces debe de conocerse y difundirse ampliamente: los medios de comunicación están (estamos) en crisis de todo tipo.
Atravesamos por una etapa de profundo replanteamiento, no solo del modelo de negocio, sino que estamos inmersos en la refundación del rumbo que debe tomar la manera de informar, más allá de la línea editorial y el interés –no hay medios químicamente puros- de los dueños de medios.
Estamos en un momento decisivo, en el que por un lado la gente exige una mayor y mejor información, pero también demanda rapidez, contenidos de mayor calidad soportada siempre en la veracidad y la imparcialidad.
A nadie le interesa ya escuchar a un Loret de Mola que no puede evitar informar con sesgo, o a un Ciro Gómez Leyva que no puede contener su odio personal por Andrés Manuel o a la inversa, ver y revisar la prensa de un Epigmenio Ibarra que no tiene reparo en mostrar que es el presidente del club de fans del Peje.
Aburren ambos extremos, sobre todo a las nuevas generaciones, con quienes no hemos logrado hacer del todo click, por los contenidos de flojera que les damos.
Los medios de comunicación locales y nacionales y quienes contribuimos a su andamiaje, debemos de entender que la capacitación constante debe ser hoy por hoy el pan nuestro de cada día, si queremos sobrevivir a esta vorágine en la que al final del día quienes tengan mayor calidad y no cantidad, saldrán menos raspados y mejor posicionados, que no victoriosos, porque, señores, luchamos desde hace varios años con “informadores” improvisados que son capaces de azuzar a la turba hasta llevarlos a cometer atrocidades de dimensiones desconocidas, como fue el caso de los linchamientos.
Se los dejo de tarea a los dueños de medios locales y regionales -sobre todo- que “contratan” (entre comillas, porque a veces ni les pagan y cuando les pagan les dan algo parecido a un apoyo) a recién egresados de las escuelas con nula capacitación, sin que los jóvenes entiendan en dónde están parados y la responsabilidad que tienen entre las manos.
No es pecado ser inexperto, recién egresado y joven, lo que sí es pecado es que los dueños de los medios los avienten a la calle sin saber que están haciendo.
También las escuelas de periodismo y ciencias de comunicación (incluida la Universidad Michoacana que abrió de manera irresponsable la carrera desde hace unos años), deberían de hacer un alto en el camino para revisar lo que imparten en sus aulas y entender que las ciencias de la comunicación tienen como base el periodismo, y no al revés, y que la enseñanza del periodismo debe estar sustentado a su vez, en quienes lo ejercen.
No hay de otra.
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¿Alguien me puede explicar por qué el gobernador del estado, Silvano Aureoles Conejo, está tan interesado en el Mando Único policiaco y por qué a fuerza quiere tener hegemonía y se empeña como nunca y por todos los medios para que todos los municipios lo firmen?.
Su voracidad y mezquindad no tiene limites y se ha atrevido a declarar sin tapujos que quien no firme el convenio del Mando Único los abandonará a su suerte en materia de seguridad y ello aplica para la ciudad capital, Morelia.
Alguien debe de decirle al gobernador que su trabajo es y debe ser para todos los ciudadanos, que gobierna un estado no su decadente partido y que no está en el PRI ( y ya no estará más para protegerlo) y aunque no todos estén de acuerdo con él, merecemos por derecho propio tener y disfrutar de salir a la calle, estar en nuestra casa o negocio sin temor de que llegue algún delincuente y nos ponga la pistola en la sien.
Aureoles Conejo y el secretario de seguridad pública, Juan Bernardo Corona Martínez, (a quien el gobernador utiliza como su “cadenero”) les han hecho manita de puerco a los alcaldes que no quieren firmar el famoso Mando Único, y ha recurrido para ello a tácticas tan infames y deleznables como no mandar a un solo policía a arreglar cualquier situación de seguridad que tienen municipios tan pobres y lastimados, como es el de Buenavista Tomatlán, donde ha habido muertes de inocentes y el gobernador ni se inmuta.
Aaaah, pero eso sí, no tiene fecha para cuándo rendirle cuentas de su último año de gestión a los michoacanos.
Me pregunto cada vez más seguido en manos de quién estamos.
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Tratemos de sonreír que el show acaba de comenzar.
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*Dalia M. Martínez, es reportera independiente desde el 2010 y trabaja para varios medios nacionales y ha colaborado con medios internacionales como el New York Times y El País. Inicio su carrera en Morelia, donde trabajó para prensa, radio y televisión. Es madre de dos hijas, dos perros y dos gatos. En su otra vida jura que se mudara a un planeta, en el que el día tenga 86 horas.