Morelia, Michoacán. – Carlos Francisco Márquez, ex vocero del gobierno de Michoacán que encabeza Alfredo Ramírez Bedolla, habló para Aleatorio de su experiencia frente a la Coordinación de Comunicación Social.
En este conversatorio puntualizó las diferencias que llegan a tener medios de comunicación, debido a las consignas políticas que son las que llegan a limitar la conciliación de intereses.
Si bien Carlos Márquez compartió en la entrevista que no se puede quejar del trato que recibió por parte de los periodistas mientras desempeñaba su cargo como comunicador del mandatario estatal, dejó ver que con más de uno sí hubo diferencias.
“Obviamente hay diferencias, con varios no hay conciliación de intereses, y no me refiero a que se acoplen a los intereses de uno, sino de encontrar equilibrios, pero con algunos no se pudieron encontrar”.
Este hecho lo atribuyó a que hay medios que abrazan preferencias políticas, y en sus palabras, a veces “pareciera que tienen consignas de tipo político”. Explicó que si los medios eligen tomar “alguna bandera política” es más complicado poder lograr un acuerdo institucional, en términos de equilibrios informativos.
En la misma línea, habló de que hay periodistas que no admiten abiertamente que militan o tomaron bandera por un partido político, “lo que pasa es que aquellos que agarran banderas políticas tienen las banderas en el closet; si tienen su corazón de un color pero no lo admiten abiertamente porque es periodísticamente incorrecto”.
Al continuar la reflexión, Márquez reconoció que sí llegó a pensar que la relación con los periodistas sería más ríspida, pero no fue el caso porque ambas partes partieron del respeto al trabajo del otro.
“Partimos de una relación de respeto, se trata de entender quiénes son y hasta dónde se puede llegar, cuáles son sus formas de hacer periodismo; hay quienes son profesionales, pero hay otras formas que no son nada éticas; sin embargo, así como a mi no me puede gustar el trabajo de otros, a los demás también no les puede gustar mi trabajo”.
Finalmente, se le cuestionó si creía que en algún momento estos tratos pueden terminar en una confrontación personal y él indicó que se vuelve personal en tanto que uno quiera que sea así.
“Se vuelve personal en el grado en el que uno lo haga personal. El tema es el respeto, puedes entender a la persona y respetarla, aunque puedes no coincidir con su trabajo”.
Entender la delgada línea de lo personal resulta fundamental, añadió, “hay que entender los límites, no meterte al ámbito personal con adjetivos calificativos y ofensas, hay que mantener esas esferas bien separadas; por ejemplo, el trabajo es una cosa, y lo personal debe quedarse en otro ámbito, siempre hago esa distinción”.