Por Redacción Expresso
Morelia, Michoacán a 28 de Octubre de 2015.-Un nuevo estudio sugiere una nueva forma potencial de bloquear uno de los genes causantes de cáncer más comunes, sin provocar efectos secundarios graves. El gen Notch desempeña un papel en muchos tipos de cáncer y es el gen más común en la leucemia linfoblástica aguda de las células T. Alrededor del 60% de los niños y adultos con leucemia de células T albergan una mutación Notch.
Pero los fármacos diseñados para bloquear Notch han causado efectos secundarios graves, como diarrea o cánceres de piel. Ahora, un equipo del ‘Comprehensive Cancer Center’ de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ofrece un nuevo objetivo potencial para bloquear Notch sin causar efectos tóxicos.
Los investigadores encontraron que una proteína llamada Zmiz1 se pega a Notch, haciendo que el gen active su función cancerígena, pero Zmiz1 no afecta a las funciones sanas normalesde Notch. “Notch controla los genes que causan cáncer, pero también es importante para la salud normal. El reto es destruir la función del cáncer de Notch pero preservar su funciónnormal”, afirma Mark Chiang, profesor asistente de medicina interna de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan. “Si se despega Zmiz1 de Notch, las células cancerosas mueren. Y Zmiz1 parece ser selectivo en la activación de las funciones de cáncer de Notch”, agrega Chiang.
Los investigadores encontraron que los ratones vivieron más tiempo cuando se suprimió Zmiz1 y los roedores tenían un peso corporal normal, además de no sufrir efectos secundarios graves del bloqueo de Zmiz1, según los resultados de su trabajo, que se publican en la edición digital de la revista ‘Immunity’. “Nuestro objetivo es desarrollar un fármaco para colocar justo entre Notch y Zmiz1 que pueda romper el vínculo.
Creemos que esto podría bloquear la vía cancerígena de Notch sin causar efectos secundarios tóxicos, como vemos con los inhibidores de Notch actuales”, dice Chiang. Aunque la mayoría de los niños con leucemia de células T se cura, el 20 por ciento sufrirá una recaída, enfrentándose a un pronóstico sombrío. Hasta la fecha, no existen terapias específicas para estos niños. “Tenemos que desarrollar terapias contra Notch para ayudar a niños con cáncer recidivante y curar a los niños con menos toxicidad o efectos a largo plazo –señala Chiang–.
Nuestros tratamientos actuales a menudo pueden ser curativos, pero puede haber un alto precio por los efectos secundarios”. Se necesita más investigación antes de llegar a este punto con los pacientes.
Chiang y sus colegas planean usar la cristalografía de rayos X para crear una imagen tridimensional de Notch y Zmiz1 en un esfuerzo por entender cómo se pegan entre sí, lo que les permitiría diseñar un medicamento para separar las dos proteínas.