Por Redacción Expresso
Estados Unidos a 12 de Marzo de 2016.-Parece una broma pero no… es completamente real. En Portland, Estados Unidos un gato de unos 10 kilos llamado Lux amenazó a toda su familia que tuvo que encerrarse en un cuarto para no sufrir las consecuencias de su enojo. Fue tal la magnitud del problema que sus dueños tuvieron que llamar a la policía para que intervenga.
De acuerdo con el portal web Upsucl, todo comenzó un domingo en la tarde cuando el bebé de Lee Palmer y Teresa Barker de sólo 7 meses fue arañado en la cara por Lux causándole heridas menores. El padre reaccionó dándole un puntapié al felino pero en lugar de asustarlo sólo lo puso más agresivo. Fue tanto el miedo que le causó a la familia que junto a su otra mascota, un perro, tuvieron que esconderse en una habitación de su hogar.
“Cada vez que abríamos la puerta del dormitorio el gato nos gruñía”.
–Teresa Barker a la cadena KOIN–
Desesperados por lo que estaba sucediendo decidieron llamar al teléfono de emergencias 911. “¡El gato se volvió loco! Está tratando de atacarnos. Es muy muy muy muy agresivo”, decía la grabación donde también se escuchaban los gruñidos del furioso animal.
La operadora primero confirmó que el bebé no necesitaba asistencia médica y luego consultó con la policía si era posible enviar una patrulla al hogar de esta familia. Finalmente enviaron al sargento Pete Simpson para lidiar con el problema. Apenas llegaron los policías al bloque de departamentos, el felino de raza himalaya decidió huir hacia la cocina. Posteriormente fue capturado por los agentes de seguridad y puesto tras las rejas. No, en realidad, sólo fue puesto en una jaula para mascotas.
Este fue el comunicado de la policía tras el extraño suceso:
“La operadora del 911 se quedó al teléfono con la familia, quienes permanecieron junto a su perro en la habitación por su propia seguridad. (Cuando arribamos) el gato intentó huir de la escena. Tras capturarlo el felino fue dejado bajo la custodia de la familia, tras lo cual los oficiales de policía continuaron su labor de combatir el crimen en otros lugares”
Finalmente la familia decidió quedarse con el gato y llevarlo a una terapia para superar sus ataques de ira.