México. – El exsenador del PRI y actual candidato de la coalición Morena-PT-Verde a la alcaldía de Querétaro, José María Tapia Franco, se encuentra bajo el escrutinio público tras revelarse una serie de adquisiciones millonarias en Estados Unidos y su implicación en negocios con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante la pandemia de COVID-19.
Tapia Franco, quien anteriormente ocupó el cargo de director del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, recientemente adquirió una residencia valuada en más de un millón de dólares en la exclusiva zona de Woodlands, al norte de Houston, Texas. La propiedad, de 960 metros cuadrados con una construcción de 370 metros cuadrados, cuenta con lujosas comodidades como un área de asado, jardines y una alberca, según información de agencias de bienes raíces.
Sin embargo, su paso por el Fonden no estuvo exento de controversias. Durante su gestión, se documentaron constantes desvíos y malos manejos de los fondos destinados a la atención de desastres naturales, según reportes de la Auditoría Superior de la Federación.
Además, se ha revelado que Tapia Franco obtuvo una adjudicación directa para venderle a la Sedena 1,330 ventiladores para la emergencia por COVID-19, por un monto de 52 millones de euros, lo que equivalía a 1,350 millones de pesos en ese momento. Este contrato se llevó a cabo a través de una empresa de su propiedad, la cual había sido constituida poco antes de la transacción.
La polémica se intensificó cuando se descubrió que los ventiladores fueron vendidos a la Sedena a un sobreprecio de más del 100%. Documentos obtenidos por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revelaron que la Sedena pagó cada equipo proveniente de China y España a un precio mucho mayor al declarado en la importación y al cotizado por el fabricante.
Además de estas controversias, Tapia Franco ha sido vinculado a lujosas propiedades en México, incluyendo una residencia en el fraccionamiento El Campanario de Querétaro y un departamento en Acapulco, así como inversiones en un fondo de 18 restaurantes.
Ante estas revelaciones, la figura de Tapia Franco ha generado debate público sobre la transparencia y la integridad en la función pública, especialmente en un contexto marcado por la pandemia y la lucha contra la corrupción en México.