Sin concluir, al menos legalmente, las elecciones de Estados Unidos de América nos han dejado con una buena colección de maromas discursivas y algunos “aprendizajes” por parte de la oposición política en México. Es así que pasamos de un posible revanchismo por parte de Joe Biden en contra de Andrés Manuel López Obrador, según la comentocracia mexicana, a un proceso de aprendizaje que se llevó a cabo en las elecciones de estados unidos, que según ellos puede quitar la demagogia, la polarización y al populismo del poder o sino al menos censurarlo.
En un principio, como se refirió en la columna anterior, la oposición buscó articular discursivamente un vínculo entre la posible victoria del Demócrata Joe Biden y una revancha del mismo en contra de Andrés Manuel López Obrador, esto debido a la cooperación que se vivió entre gobiernos y la última visita del Presidente de México a la Casa Blanca, momento que fue utilizado desde ese entonces por parte de la oposición como un espaldarazo a Donald Trump en su reelección. La verdad, es que esa intención de la comentocracia para que se definiera al presidente en el bando de Trump, fue rechazada por los mismos demócratas.
Otra maroma discursiva más resultó en las opiniones de los comentocratas al decir que seguramente la relación del gobierno de la Cuarta Transformación no será igual con un gobierno Demócrata en Estados Unidos, debido a que la oposición fue quién más apoyó, al menos en comentarios, a Joe Biden mientras el gobierno de México se mantenía al margen como lo establece la Constitución. La realidad es que, el mismo Andrés Manuel López Obrador en 2011 presumió aquí en México como su amigo al virtual presidente de Norteamérica, de igual manera se han confirmado los nexos que tiene el Canciller Marcelo Ebrard con el partido Demócrata desde el 2015, a pesar de los dichos de los congresistas del País vecino.
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A razón de los dichos de los congresistas demócratas, es obvio su intención por que un país vecino tan importante como México felicite a Biden por su virtual victoria, sin embargo, ante una posible judicialización lo mejor ha sido actuar con cautela, aunque las comparaciones de como la oposición en el País impulsaban a reconocer el gobierno golpista de Bolivia o a Guaidó como Presidente de Venezuela no pueden ser dejadas de lado en este caso, ya que también carecen de la mínima ética política.
Ante tanto tropiezo discursivo realizado por la oposición aquí en México, llegaron a la cuenta de que lo mejor era tomar el proceso de elección de los Estados Unidos como un aprendizaje, una enseñanza según ellos en contra del populismo, la demagogia, el discurso del odio y como la gente votando podía sacar del poder a sujetos tan nefastos, sí como si se les olvidará el caso del 2018, también un gran poder que desean obtener o recuperar, el de la censura, censurar como estaban acostumbrados, censurar para negar el cambio, tal vez, censurar al Presidente.
Finalmente, del discurso del dizque apoyo de Andrés Manuel López Obrador a Donald Trump, al del “Aprendizaje” en las urnas, la verdad es que la oposición no aprendió nada.
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