Un pueblo abandonado por quienes deberían darle seguridad, es un pueblo reprimido, lleno de miedo, de temor y en continua zozobra, con el Jesús en la boca.
El gobernador de Michoacán, quien juró que cumpliría y haría cumplir LA CONSTITUCIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, se hace pato y más bien muestra su inquina hacia quienes considera sus adversarios, denotando de qué parte del crimen organizado está. Eso ya lo sabemos.
El señor presidente de La República, dice que él no declarará una guerra contra el narco, implícitamente dice, que si no guerrea contra los delincuentes está de lado de ellos.
Y lo más grave que se intelige de su afirmación de que los narcos son pueblo, implícitamente afirma que las víctimas de la violencia del narco, NO SON PUEBLO.
Vivir con el continuo temor de ser atacados; el no poder hacer en paz las rutinas diarias de la vida; el estar esperando la señal de peligro y el no poder salir del municipio, es vivir en la jaula del miedo y del terror.
Esta maraña creada en Tepalcatepec, con las mentiras del doctor Mireles, ahora gato del gobierno, es como el nudo gordiano, que sólo un Alejandro lo podría resolver.
Es decir, si la seguridad de Tepalcatepec depende de su líder total, El Abuelo, y éste ha sido declarado delincuente a perseguir, en caso de que lo atraparan, lo que veo muy difícil, ¿Quién tomará la protección de los habitantes de Tepalcatepec?
A Silvano no se le olvida que lo rechazaron y corrieron de Tepalcatepec.
Al señor presidente no le importan los habitantes de Tepalcatepec.
¿QUIÉN TOMARÁ LA PROTECCIÓN DE LOS HABITANTES DE TEPALCATEPEC?
ELLOS MISMOS.