España. – La desaparición del cuadro “Naturaleza muerta con guitarra”, de Pablo Picasso, valorado en más de 600.000 euros, desató en Madrid una investigación policial digna de una película de atracos. La obra, que debía ser trasladada a Granada para una exposición, nunca llegó a su destino. Lo que parecía un robo internacional terminó siendo un simple olvido logístico: los transportistas habían dejado el paquete en el portal de un edificio en Chamartín.
Allí trabajaban Dolores y Armando, un matrimonio peruano que lleva dos décadas como porteros. Al encontrar el paquete “bien envuelto”, pensaron que era un encargo olvidado por algún vecino y lo guardaron en la portería. Veinte días después, la policía irrumpió en su casa, interrogándolos durante horas como sospechosos de tráfico de arte, según información de El País.
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La pareja, además de encargarse de la portería, gestiona un pequeño quiosco de prensa cercano, lo que les permitió seguir la noticia en los periódicos sin saber que ellos eran los protagonistas del “culebrón”. “Reaparece el Picasso extraviado”, “Aparece el cuadro valorado en 600.000 euros” y, sobre todo, el titular de El País —“El Picasso desaparecido y ahora recuperado en Madrid no salió del portal: lo cogió una vecina que pensó que era un paquete”— marcaron el giro de la historia.
Dolores recuerda con tristeza el titular que más le dolió: “La vecina que robó un Picasso sin querer”. Aún se emociona al recordarlo. Finalmente, la policía concluyó que todo fue un malentendido, y el cuadro fue recuperado intacto. Aun así, el episodio dejó al matrimonio con una mezcla de alivio y amargura, recordando que, a veces, la vida real puede superar con creces cualquier comedia de enredos.






