Hoy renunció Estefanía Veloz al Morena argumentando que su militancia y lealtad, en primer momento, no son con un partido, que más bien son con las mujeres y el feminismo. Unas horas después, las vayas tiradas, fuego por doquier, en todo el país las movilizaciones dejan a su paso desastre bajo una consigna. Es válido, es legítimo, pero ni lejos de ser, hablando de táctica y estrategia, lo adecuado.
Elevar una contradicción cultural al grado de contradicción fundamental es un enorme error. Considerar que el origen de los malestares sociales se encuentra en el género, en la raza, en la religión, es uno de los mitos más grandes de nuestra época. Alimentados estos tras el fin de la guerra fría, hoy nos encontramos en un círculo de ignorancia política donde estos mitos son incuestionables y se reproducen bajo un pensamiento “colmena”, si no los cuestionas estas a favor, si los cuestionas estas en contra.
Cuánto atraso tenemos como movimiento popular, cuánto hemos dejado de hacer, qué difícil tarea. Las mujeres que regresan hoy a sus casas y centros laborales, mañana seguirán siendo explotadas, acosadas, asesinadas; a fin de mes se verán con un salario menor al de muchos hombres, seguirán recibiendo comentarios indescentes en las calles, “arrimones” en el transporte publico, amenazas en la internet, burlas en la casa, golpes en la luna de miel, ultraje y muerte saliendo de un bar a las 00:15, pero hoy rayaron, quemaron y rompieron, gritaron.
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La indignación no es suficiente, tampoco ser mujer. Un gobierno abierto al diálogo jamás será el enemigo, y menos en este momento, pero hace falta lectura política, y eso no es cuestión de género, es cuestión de formación. Quién asocia su militancia a cuestiones de género y no a cuestiones de clase, no es más que un tipo confundido, en el mejor de los casos, que en el peor, no es menos que un charlatán.
Hoy, como hace un año, no ganaron nada, hoy, como hace un año, se levantarán al día siguiente para nuevamente ser violentadas, y ojo! Esto poco o nada tiene que ver con el nuevo gobierno, aunque muchos y muchas quieran hacernos creer que si, eso no es cierto, la culpa de todo esto es el sistema en el que vivimos, que mercantiliza cuerpos, que monetiza las emociones, que normaliza la violencia, que perpetra la apropiación del trabajo, la explotación, la esclavitud.
Cuidado con los y las “engaña bobos”, con los feministas y las feministas de ocasión, cuidado con las modas, cuidado con las declaraciones al aire, cuidado con no informarse, con no saber de lo que hablas, cuidado! Que cuando menos te des cuenta, caminarás al lado de una panista que piensa que Felipe Calderón fue le mejor presidente que ha tenido México, desayunarás en el club con una priista que asume que es “la señora de la casa” y acudirás a la marcha del siguiente año con el contingenté del PRD y Movimiento Ciudadano. Que no te utilicen como caldo de cultivo.
Sigan protestando, gritando, indignándose, pero piensen que así pueden pasar toda la vida, piensen que hace 3 años no podían si quiera pensar en hacer esto, que hoy pueden, qué hay libertad de expresión y libre manifestación, y que por eso, la vía debería ser otra. Quienes buscan una declaración, ya la obtuvieron, quienes se concentran en criticar las vayas son obtusos, quienes se cargan hacia el lenguaje son ridículos, quienes consideran esto el problema prioritario son indolentes.
Recurrir a las gestas de la independencia y la revolución para justificar esto, así como comparar este movimiento con los movimientos feministas del siglo pasado no sólo es inútilmente desproporcionado, es absurdamente infantil. La pinta tiene una función política, el monumento como símbolo, también, afortunadamente hay muchos lugares que pintar. La ausencia de programa, la falta de politización, de formación, la incapacidad para realizar un análisis acertado producto del desconocimiento del contexto y de la falta de experiencia, no son cualidades propias del movimiento feminista de “nueva ola”, sin embargo, hoy parecen ser su estandarte. Que haya mujeres no se sientan representadas por lo que vimos ayer no las hace menos ni más mujeres, tampoco menos ni más feministas, aunque al unísono la colmena decida quemarlas. Si queman todo, vivirán entre cenizas… Qué tienen para ofrecer? Sólo rabia? Gracias, pero preferimos la felicidad.
Afortunadamente en el horizonte se vislumbra una luz, y es que también existen feministas serias, claras, que pelean día día, con una agenda definida y qué, independientemente de las críticas que puedan hacerle al gobierno actual y al presidente, entienden que esto apenas inicia, que se trata de construir y que no es un tema cultural, sino económico, de clase. Revivan a Clara Zetkin, dirijan cómo Rosa Luksemburgo, griten cómo Flora Tristán, luchen como Dolores la pasionaria, denuncien cómo Ángela Davis, resistan como Elvia Carrillo Puerto, continúen en las calles, organícense, conmuévanse, instrúyanse, porque las necesitamos, a ustedes si las necesitamos,porque no hay revolución que no sea feminista, y la 4T será feminista o no será. Utilizar los mecanismos se vuelve una necesidad, organizarse también, luchar por un mundo mejor un modo de vida, aprovechemos este pequeño paso que estamos dando para dar saltos en el futuro. Bye bye, Estefanía.
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