Por Redacción Expresso
El reportaje y la entrevista aquí presentada fue realizado y publicado en el 2014
Formule sus preguntas y yo veré cuáles contesto —advirtió quien se presentó como ahijado de Joaquín “El Chapo” Guzmán: Dámaso López Serrano.
Su padre, Dámaso López Núñez, conocido como “El Licenciado”, trabajó como agente del Ministerio Público de Sinaloa durante la década de 1990 y a finales de 1999 se desempeñó como jefe de seguridad del Centro Federal de Readaptación Social No. 2 de Occidente, mejor conocido como Puente Grande.
De acuerdo con el expediente desclasificado de la corte estadounidense 11-CR-00558, a los pocos meses de haber ingresado al penal, Dámaso fue ascendido a subdirector de vigilancia y custodia como parte de una estrategia definida para ayudar a El Chapo a escapar de Puente Grande.
Dos meses antes de la fuga del capo (el 19 de enero de 2001), López Núñez presentó su renuncia, momento en el cual ya se tenía todo preparado para la fuga de Guzmán Loera. Una vez concluido el escape, Dámaso comenzó a trabajar en la estructura criminal de Sinaloa, convirtiéndose en su principal operador y en uno de sus más entrañables amigos, su mano derecha.
De acuerdo con informes de inteligencia militar, El Licenciado ha importado cocaína desde Perú, Panamá y México hacia territorio estadounidense. Según un documento firmado por MacBride y Daniel J. Grooms, del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, y por Arthur G. Wyatt y Darrin L. McCullough, representando a la Agencia Antidrogas (DEA), Dámaso y el grupo que tiene a su cargo han traficado más de 280 millones de dólares en mercancía como parte de las operaciones ilícitas del Cártel de Sinaloa.
Siguiendo el legado y con apenas 25 años de edad, Dámaso López Serrano, apodado “El Mini Licenciado”, ya comanda una célula criminal conocida como las Fuerzas Especiales de Dámaso, organización que él y su padre crearon apenas hace unos años.
En conjunto con Los Ántrax, brazo operativo que actualmente dirige Ismael Zambada, alias “Mayito Gordo”, este grupo criminal reúne a un séquito de aproximadamente 200 mil sicarios al servicio del Cártel de Sinaloa y sus actuales líderes, Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza Moreno, alias “El Azul”.
Luego de la captura de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera el pasado 22 de febrero de 2014, las dudas en torno a quién asumirá el liderazgo del Cártel de Sinaloa siguen latentes. En tanto eso sucede, los herederos del poder criminal, los llamados “narcojuniors” no dejan de burlarse tanto de autoridades nacionales como extranjeras.
—Después de la captura de “El Chapo” Guzmán, ¿qué se espera para la organización de Sinaloa? Se prevé que Ismael “El Mayo” Zambada asuma el control total del Cártel de Sinaloa —se le cuestiona al hombre que se presenta como Dámaso López Serrano en una entrevista para El Barrio Antiguo.
—Aquí hay jerarquías y se respetan. El mando era el general [Joaquín Guzmán] y el viejón Mayo. Ahora sólo se espera que baje la marea y habrá junta para discutir esos temas.
—Se habla de que la captura de El Chapo fue una traición por parte de la familia Zambada…
—No, la única guerra fue del gobierno contra el general [Guzmán Loera], pues había un pacto y ellos lo rompieron. Traicionaron al viejón. La realidad es que en este sexenio entraron intereses diferentes, de personas distintas a las que les gusta trabajar mal, ¿sí me entiendes?
—¿Cuál era el acuerdo que tenían con el gobierno federal y las autoridades de los estados?
—Mira, esos acuerdos sólo los viejos lo saben y conocen con quién los tienen, pero básicamente era “Tú no te metes conmigo y yo no me meto contigo”. Los verdaderos delincuentes están en el Distrito Federal y son los que autorizan las leyes, nuestros políticos.
—¿A qué políticos te refieres?, ¿con quiénes han negociado?
—¿Tú crees que es necesario decir nombres? No preguntes cosas de las cuales sabes la respuesta. Sólo te diré que al nuevo gobierno [de Enrique Peña Nieto] ya le servimos, y ahora se desentienden con el narco, no saben que por nosotros ganaron. Hicimos que la gente volviera a confiar en ellos.
—¿A quién te refieres con nombre y apellido?
—A diferencia de ellos, nosotros si tenemos principios y sabemos cuándo callar y cuándo hablar. Ustedes con el tiempo verán quiénes son.
El modus operandi
Dámaso cuida cada detalle de lo que dice y cómo lo dice, pues aunque le guste fanfarronear y exhibir sus lujos en las redes sociales como a los demás vástagos de los capos mexicanos, él asegura que su palabra vale más que cualquier otra cosa que el dinero pueda comprar.
El pasado 21 de febrero, me puse en contacto a través de la cuenta de Twitter @Damaso_Lopez_ con el presunto capo mexicano. Durante la entrevista, El Mini Lic. habló de las funciones que desempeña el Cártel de Sinaloa en las plazas que controla, asegurando que a éste jamás le ha gustado abusar o servirse del pueblo. “Tú puedes visitar Sinaloa y verás que a las regiones más pobres tratamos siempre de tenderles la mano y apoyarlas sin pedir nada a cambio; aquí a nadie se le obliga a entrar”, afirma.
—¿Cuál es el proceso de reclutamiento para pertenecer al cártel?
—La mayoría de la gente que conforma la empresa es familia y gente conocida, personas leales que respetan la vida ajena. Y claro, yo en mi grupo no tengo niños, ni mujeres, siempre trato que sea así.
En septiembre de 2011, miembros del Cártel del Golfo, La Resistencia y el Cártel de Jalisco Nueva Generación formaron una alianza a la que llamaron Cárteles Unidos. Esta asociación se creó para bloquear el ingreso de Los Zetas a estados como Zacatecas, Jalisco y Aguascalientes.
El Cártel de Sinaloa también perteneció a este cónclave de grupos criminales dispuestos a defender las plazas que actualmente controlan, alrededor de 25 de las 32 entidades de la República Mexicana, según estimaciones.
Sin embargo, tras las constantes disputas entre grupos contrarios del crimen organizado, el Cártel de Sinaloa decidió adquirir más independencia y menos aliados con la creación de brazos operativos como Los Ántrax, que controlan el trasiego de drogas en México, Centroamérica y algunas regiones de Europa.
—¿Sigue vigente el acuerdo de Cárteles Unidos?, ¿con cuáles organizaciones lo mantienen?
—Aquí la realidad es que siempre tratamos de respetar ese acuerdo; si los demás no se meten con nosotros, nosotros no nos metemos en sus plazas. Lo que te puedo decir es que ya no hay comunicación con ningún cártel, ni para bien ni para mal.
—¿Quién entrena a los integrantes del cártel y de dónde proviene todo el armamento? ¿Hay convenio con colombianos y estadounidenses?
—Nos entrenan ex militares, ex marinos y policías. El armamento sí viene de Estados Unidos, tenemos gente allá que sólo se dedica al abastecimiento.
—Luego de la liberación de Rafael Caro Quintero, ¿qué han sabido de él?, ¿ha retomado sus actividades dentro del Cártel de Sinaloa?
—Sólo sé que anda tranquilo, ni para bien ni para mal. Sí vino a visitarnos, pero él dijo que ya su vejez la quería vivir tranquila, y pues la verdad después de esa visita, no volvimos a saber nada del señor.
El 28 de octubre de 2013, Rafael Caro Quintero presentó ante el Juzgado de Distrito de Guadalajara una solicitud de amparo en la cual solicitaba la orden de detención provisional con fines de extradición internacional.
La demanda de derechos fundamentales contra la Secretaría de Gobernación (Segob), el procurador general de la República, el titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y otras autoridades, fue aceptada el pasado 12 de noviembre. Sin embargo, el día 22 de ese mismo mes le fue negada nuevamente la solicitud de manera definitiva, quedando sujeto a un proceso penal en Estados Unidos que sigue su curso.
Los herederos del poder criminal
Ligado a otros nuevos miembros del narcotráfico 2.0, Dámaso ha dado a conocer en más de una ocasión a través de redes sociales sus vínculos directos con Iván Archivaldo, Ovidio Guzmán López y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijos de El Chapo, así como con Ismael “Mayito Gordo” y Serafín Zambada, hijos de El Mayo.
Sin embargo, la relación es más amplia. Tras el fallecimiento de José Manuel Torres Félix, alias “El Ondeado”, sus descendientes asumieron cargos clave dentro del Cártel de Sinaloa. Su hermano Javier Torres Félix, alias “El JT”, después de ser extraditado a Estados Unidos y luego de cumplir una sentencia que le dictó un juez federal del Distrito Central de California, fue extraditado a México. Poco tiempo después alcanzó su libertad gracias a un proceso opaco de las instancias de procuración de justicia del país. Actualmente se desconoce el paradero de El JT, así como el estado original de su proceso jurídico.
Siguiendo los pasos de El Ondeado, sus sobrinos —Misael, Joel y María Luisa Torres Urrea— también sirven tanto al Cártel de Sinaloa como a su brazo operativo conocido como Los Ántrax, liderado anteriormente por el capo de 33 años de edad José Rodrigo Aréchiga Gamboa, alias “El Chino Ántrax” o “Comandante 57”.
María Luisa Torres, quien se define como “una pieza grande del negocio y una dama muy pesada” en sus redes sociales, es la encargada de coordinar, principalmente, la contabilidad de una parte de las ganancias del cártel al que están adscritos ella, su padre y sus dos hermanos.
A través de su cuenta de Twitter (@TF_ML), María Luisa ha publicado fotografías de la tumba de El Ondeado en la popular necrópolis de Sinaloa, Jardines del Humaya, al igual que pistolas bañadas en oro, fajos de billetes, camionetas blindadas, zapatos de marca, animales exóticos y fotografías de antaño de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Alfredo Beltrán Leyva, Sandra Ávila Beltrán “La Reina del Pacífico” e Ismael “El Mayo” Zambada.
—¿Qué relación llevas con María Luisa Torres Urrea? Se habla de que ella es la sucesora o fue el brazo derecho de El Chino Ántrax dentro de la organización.
—¿Quién te dijo eso? Ella no tiene nada que ver con el negocio. Su familia ya anda retirada y pues es sólo una amistad.
—María Luisa ha subido en más de una ocasión fotos en sus redes sociales donde aparece contigo y con Rodrigo Aréchiga, además de que Misael y Joel, dice, andan metidos con Los Ántrax.
—Como te digo, sólo son amistades. Yo con El Chino nunca me llevé bien. Y Misael, “El M2”, es el único que anda metido en el narco. Pero no sé dónde anda, siempre ha jalado solo junto con Joel. De María Luisa no me gusta hablar, con las damas soy un caballero.
—¿Cuántas veces a la semana pasan droga de México a Estados Unidos y en qué cantidad?
—No es a la semana. Antes sí, pero la situación ya está más difícil. Tratamos de meterle cada 15 días entre 5 y 10 toneladas.
—¿Qué es lo que más trafican: mariguana, cocaína o drogas sintéticas como las anfetaminas y metanfetaminas?
—Ahorita las “metas”. Todo lo que es sintético es más fácil de mover, pero la coca y la mota nunca la dejamos de mandar; es nuestro fuerte.
—Enviados en plátanos y chiles de plástico, ¿no?
—En lo que ellos van, nosotros ya regresamos compa. Usted sabe, el ingenio mexicano siempre presente.
El joven narcotraficante nacido en Culiacán, Sinaloa, descarta la idea de que “El Mayo” Zambada y el Cártel de Sinaloa sean los dueños u operadores legítimos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
“No compa, aquí el jefe máximo está en los cielos. Claro que el viejo M tiene su poder, pero no como lo pintan. Aquí todo se compra, menos el final; vea lo que le pasó a mi padrino”, comenta.
—Tu papá trabajó como jefe de seguridad de Puente Grande durante el encierro de El Chapo. ¿Qué rol asumirá ahora que atraparon al líder del Cártel de Sinaloa?
—Mi papá trabajó para mi padrino pero también son muy buenos amigos. Le repito: ahorita se necesita hacer una junta y ver qué va a pasar.
—¿Ya se convocó a una reunión? ¿Quiénes tienes pensado que asistirán a este evento?, además de tu papá y tú, por supuesto.
—Iván y Alfredo “El Guanito” Guzmán, “El Mayo” Zambada y su gente, elementos de Sonora y varios mandos de la empresa que se encargan de varias plazas.
El humo
Con ingresos anuales que podrían alcanzar los 3 mil millones de dólares —como lo detalló en junio 2012 el diario estadounidense The New York Times—, el Cártel de Sinaloa es poderoso en cuanto a estructura financiera se refiere.
El Mini Licenciado asegura que nadie sabe las ganancias netas que deja el tráfico de drogas en México, y aunque cada capo cuenta con sus contadores personales, como él afirma, la derrama económica continúa siendo de proporciones inmensas.
“No todos mis ingresos son del tráfico de drogas, también tengo negocios lícitos y en regla”, asegura.
—Dices que te alcanza para vivir, pero la gente normal no anda por las calles en un Ferrari o con armas bañadas en oro como ustedes, ¿no?
—Soy como soy, compa, y por eso estoy aquí. El dinero en manos de pendejos se hace humo, y el humo en manos sabias se vuelve dinero.
—Según tus contadores, ¿cuánto obtienes del narcotráfico al mes?
—Échele cabeza usted compa, se la dejo de tarea.
—¿Existe algún código dentro del Cártel de Sinaloa, es decir, reglas sobre lo que se puede hacer y lo que no?
—No se mata a inocentes. El negocio sólo es tráfico. No existen extorsiones, ni secuestros. En la empresa nuestro dicho es: “Hay que ayudar al inocente y mancharnos con el corriente”. Nosotros sí nos sabemos respetar.
Tras agotar un extenso cuestionario con este personaje que algunos medios de comunicación falsamente han colocado como el heredero para asumir el mando del Cártel de Sinaloa, El Barrio Antiguo finalmente pregunta:
—¿Qué opinas acerca de la guerra contra el narcotráfico?, ¿es realmente una estrategia en su contra o es puro “pan y circo”, como coloquialmente se dice?
—El trabajo de los militares y marinos es cumplir órdenes. Su chamba es agarrarnos y la de nosotros es no dejarnos agarrar. Como dice el viejo Mayo: “Si nos agarran o nos matan, nada cambia”.
—¿Por qué?
—Porque esto es como el bien y el mal compa: si uno no existiera, el otro tampoco. Hoy nos tocó ser a nosotros el mal, mañana, quién sabe…