Estados Unidos. – En las cuevas de Kentucky, la más larga de EE. UU., un guardia de parque advierte a los visitantes sobre una crisis ecológica silenciosa: un hongo mortal conocido como síndrome de la nariz blanca (SNB) está devastando las poblaciones de murciélagos. Esta infección, que afecta principalmente a los murciélagos hibernantes, ha matado a millones de estos mamíferos voladores desde su aparición en el este de EE. UU. hace casi 20 años.
Aunque aún no se ha encontrado una cura para esta enfermedad, los científicos están implementando diversas estrategias para controlar su propagación. Estas incluyen fumigación de animales y cuevas, así como la aplicación de tratamientos químicos en las paredes de las cuevas durante el verano. Además, se están probando vacunas como posible solución futura.
El impacto ecológico es significativo, ya que los murciélagos juegan un papel esencial en el control de insectos, y su declive podría tener consecuencias graves en el equilibrio de los ecosistemas. Investigaciones recientes sugieren que el colapso de las poblaciones de murciélagos está relacionado con el aumento de pesticidas y otros factores ambientales que también afectan a los humanos.
A pesar de los esfuerzos para mitigar la enfermedad, la tragedia sigue siendo poco visible para el público general. Sin embargo, los científicos confían en que el uso de las herramientas adecuadas en el momento preciso puede ayudar a algunos murciélagos a superar la fase inicial de la enfermedad.