México. – En menos de tres meses, el Ajusco ha sido escenario de dos desapariciones que mantienen en alerta a autoridades y familias. El caso más reciente es el de Luis Óscar García Ayala, de 48 años, visto por última vez el 16 de septiembre tras salir a hacer ejercicio en la montaña. Su vehículo fue hallado abandonado en la zona de Xalatlaco, en Tlalpan, pero no hay rastro de él. Su esposa relató que a las 09:45 horas de ese día le envió un mensaje diciendo que ya estaba en el Ajusco, pero después perdió contacto.
Meses antes, el 12 de julio, la alpinista Ana Amelí García, de 19 años, desapareció tras escalar el Pico del Águila. La joven, que había iniciado la caminata sola, fue vista por última vez alrededor de las 17:00 horas, cuando avisó a su familia que estaba bien. Desde entonces, brigadas de búsqueda con más de 100 rescatistas, colectivos de madres buscadoras, drones y un helicóptero han recorrido la zona sin éxito.
A estos casos se suma un feminicidio ocurrido en julio, cuando una mujer de 71 años fue asesinada en su domicilio y su cuerpo abandonado e incendiado en el Ajusco. Por este crimen fueron detenidos dos sospechosos.
Colectivos y activistas han advertido que el Ajusco se ha convertido en un “tiradero de restos humanos” y un punto recurrente de violencia, lo que refuerza la exigencia de familias y organizaciones para reforzar la seguridad y las labores de búsqueda en la zona.








