La accesibilidad a un inmueble, recibir consulta oportuna, acceder a un empleo, recibir educación en una institución pública o simplemente, el realizar un trámite ante la autoridad, debieran ser derechos, que en la realidad, todos los ciudadanos pudiéramos ejercer, sin embargo, la actualidad revela que una gran cantidad de mexicanos y en particular muchos michoacanos, por su condición de discapacidad, no reciben tales garantías por las omisiones de la autoridad para crear infraestructura o especializar las instituciones que se requiere para la atención de esta población en vulnerabilidad.
Según datos oficiales, en nuestro país existen 31.5 millones de hogares, de ellos 6.1 millones reportan que existe al menos una persona con discapacidad; es decir, en 19 de cada 100 hogares vive una persona que presenta alguna dificultad, la media nacional es de aproximadamente el 6.6 por ciento y Michoacán se encuentra por encima de la media nacional al contar con una población en condiciones de discapacidad que alcanza el 7.8 por ciento, un tema que prende los focos rojos en la entidad, toda vez que no han sido suficientes las políticas encaminadas a su atención y garantizar sus derechos básicos.
La Clasificación Internacional sobre la discapacidad define que las personas con discapacidad “son aquellas que tienen una o más deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales y que al interactuar con distintos ambientes del entorno social pueden impedir su participación plena y efectiva en igualdad de condiciones a las demás”.
Dificultades para caminar o realizar algún movimiento, para escuchar, para ver, problemas de carácter mental, o condiciones que requieren atención especial, entre otras, son las principales condiciones de discapacidad que enfrenta la población, muchos de estos relacionados con accidentes, problemas congénitos y en muchos casos, corresponde a personas de la tercera edad.
Conmemorar el Día de la Discapacidad, no implica solamente realizar un acto para que los funcionarios se tomen la foto conmovedora tipo Teletón, sino que se requiere recordar esa gran deuda con millones de personas y trabajar por garantizar los derechos que la Constitución les reconoce, en igualdad de condiciones con el resto de la población; empero, han sido pocos los esfuerzos por enmendar estas dilaciones, ha habido falta de atención y acción gubernamental para minimizar los limitantes que a diario enfrentan las personas con discapacidad y sus familiares.
A pesar de los esfuerzos que se realizan en las escuelas de educación especial, hoy no vemos a la autoridad educativa designando personal en las escuelas de educación básica o educación media a expertos en lengua de señas que permita integrar a personas con problemas de audición y lenguaje, tampoco se ven libros de texto en Braille o materiales audio gráficos destinados a la integración de invidentes o débiles visuales.
En una ocasión, una persona de la comunidad de sordos en Morelia, me platicaba sobre otra persona que fue lamentablemente remitida a Barandilla hace unos años por personal de Seguridad Pública, debido que al ser sometida a una revisión y el hecho de no poder hablar o comunicarse con los uniformados, ocasionó que estos últimos presumieran que se trataba de un individuo intoxicado por droga, lo que derivó en un trato indigno, resultado de esta falta de cultura de la discapacidad.
Nuestras instituciones de salud, tampoco se encuentran a la altura de las circunstancias, no hay consultas o atención medica oportunas y entendibles para personas con discapacidad, y en caso de emergencias médicas, las complicaciones se duplican o triplican debido a la imposibilidad de comunicación entre médico y paciente, imposibilitando una atención emergente de la manera más adecuada.
El tema de la procuración e impartición de justicia es otra lacerante realidad, ministerios públicos, policías, jueces, magistrados y personal de los tribunales o de las procuradurías no han sido capacitados para la atención de personas con discapacidad y no se han establecido tampoco criterios de atención o desplazamiento de la autoridad para las personas con problemas de movilidad.
Pudiéramos citar un cúmulo de situaciones adversas a las que tienen que enfrentarse las personas de este sector de la población, pero lo que hay que destacar mayoritariamente, es este aletargamiento de los gobiernos y la sociedad en general, para cimentar una cultura de la discapacidad y subsanar todas estas deficiencias del sistema.
Aspiramos a un país desarrollado, moderno, de avanzada y más justo, pero no se pueden materializar mínimamente las oportunidades y las garantías de derecho de las personas con discapacidad en nuestro país y nuestro estado, significando esto que en México, la autoridad y la clase política no vela por los derechos de todos y que la sociedad no quiere mirar esta lamentable realidad que se encuentra en todos lados.
Este tema es uno de los grandes retos del nuevo gobierno estatal de Silvano Aureoles y de las autoridades municipales; los ciudadanos ahora si debemos de estar pendientes de todas la políticas que se apliquen para conseguir el progreso del estado, sin olvidar la atención a esta población vulnerable, a quienes no debemos considerar como una parte distante de la sociedad, sino que como ciudadanos debemos tomar conciencia plena, sin olvidar que el tiempo nos hará vivir en algún momento, dentro del mismo mundo de la discapacidad.