Lo que era un secreto a voces se destapó ayer por la noche, expresó Eloí Vázquez López, comisionado político nacional del PRD, ya desde la campaña en 2011 la sociedad michoacana denunciaba como a lo largo y a lo ancho de los 113 municipios, el narcotráfico se había infiltrado en las campañas políticas.
La coyuntura de aquél momento para el PRI indicaba que el único priísta con posibilidades para representarlos era Fausto Vallejo, sus cuatro veces al frente de Morelia como presidente municipal, garantizaban la aceptación que habían perdido desde el año 2000. Simple y sencillamente el PRI carecía de cuadros que tuvieran alguna posibilidad de regresarlos a gobernar.
Lo que también fue evidente en el transcurso de la campaña, era la deteriorada salud de Fausto Vallejo, en el transcurso de ella sus recorridos y contacto con la gente se redujeron. Sin embargo, le alcanzaron los 658 mil 589 votos que el apoyo de la estructura priísta del Estado de México y la de los caballeros templarios le generaron, al haberlo apoyado con movilizaciones, infraestructura, vehículos, alimentos e incluso intimidación contra los simpatizantes de los otros partidos.
No importaron las denuncias puntuales en su momento de los candidatos Silvano Aureoles del PRD y Luisa María Calderón del PAN, durante el desarrollo de la campaña, ésta última señaló por ejemplo, como implicados a quien posteriormente fungió como secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública en el estado de Michoacán, Armando Ballinas Mayés, como el principal negociador del triunfo del gobernador con el crimen organizado, asimismo, participaron en esas negociaciones los funcionarios José Trinidad Martínez Pasalagua y Guillermo Valencia Reyes, en noviembre de 2011, una reunión con los líderes de Los Templarios en el rancho Las Cruces, ubicado en el municipio michoacano de Tumbiscatío, de acuerdo a la información difundida por el diario 24 horas del 23 de febrero del presente año, en un breve reportaje titulado: “Narcopolítica”; los señalados por autodefensas en Michoacán.
Lo que no se puede tolerar es que el PRI haya optado por permitir la inseguridad en el estado en perjuicio de sus habitantes, a costa de obtener el triunfo en las urnas, en un acto mezquino, anteponiendo sus intereses de grupo y de partido a los del ya de por si atribulado pueblo michoacano.
Enrique Peña y la cúpula priísta operaron para servirse de Michoacán, nunca les interesó resolver la problemática existente porque ellos lo propiciaron. La desaparición de poderes propuesta por el Congreso del Estado en varios municipios en materia de seguridad pública y administración municipal, ante la evidente falta de gobernabilidad y que fue, incluso avalada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), era lo mejor que en su momento le podía haber sucedido ante el grado de infiltración comprobado del crimen organizado en la estructura gubernamental.
En el estado de Michoacán no existió el Estado de Derecho, quien fue el gobernador interino, Jesús Reyna, era parte de Los Templarios, muchos de los presidentes municipales y de los cuerpos
de la Policía Municipal en el Estado, los cuerpos de la Policía Estatal y los Ministerios Públicos también formaban parte del crimen organizado.
Lo sucedido en Michoacán, finalizó Eloí Vázquez, es producto de las maniobras que utilizó el PRI para a cualquier costo y sin importarle las consecuencias para la sociedad michoacana, adueñarse de la gubernatura y además, brindar protección a miembros del crimen organizado mientras Fausto Vallejo hacía como que gobernaba. Asimismo, también se cayó el teatro de quien es realmente el que actúa como titular del Ejecutivo en el estado, el enviado de Peña Nieto, el virrey Alfredo Castillo. Espero que este sea el principio del fin, sea aplicada la justicia y se finquen responsabilidades por omisión y protección a todos los niveles.
Por lo anterior, reiteró el Comisionado Político Nacional del PRD, debemos de estar atentos para blindar las próximas elecciones en el año 2015 en todos los estados de la República, porque, está más que comprobado, el PRI en su afán del “carro completo” es capaz de lo sucedido en Michoacán y mucho más, sin importarles el costo que tengan que pagar los ciudadanos.