México. – La gastronomía de México destaca a nivel mundial por su diversidad, y uno de sus tesoros son los frijoles. Estos, pertenecientes a la familia de las leguminosas, han sido una fuente esencial de proteínas desde tiempos antiguos hasta la actualidad.
Los frijoles están cargados de nutrientes beneficiosos para la salud, incluyendo proteínas, fibra, calcio, fósforo, hierro, potasio, magnesio, zinc y vitamina B2. Con más de 150 variedades, son consumidos en todo el mundo. Sin embargo, su alto contenido de fibra puede provocar distensión abdominal, especialmente si se ingieren rápidamente o en exceso.
Un estudio de la Universidad Autónoma de Nayarit señala que los gases que pueden producirse al comer frijoles se deben a los oligosacáridos como la rafinosa, estaquiosa y verbascosa, que son difíciles de digerir y se fermentan en el intestino.
Para minimizar estos efectos, el Instituto Mexicano del Seguro Social recomienda remojar los frijoles durante 12 a 24 horas, descartando el agua de remojo y usando agua fresca para la cocción. Por su parte, la FAO sugiere un remojo de 4 a 8 horas, y la Mayo Clinic agrega que hervir los frijoles a fuego lento y añadir bicarbonato de sodio al agua puede reducir la producción de gases.
Originarios de Mesoamérica, los frijoles han sido cultivados durante unos 8 mil años y forman parte integral de la dieta mexicana. En México, los tipos de frijoles incluyen negro, amarillo, blanco, morado, bayo, pinto y moteado.