Los debates de los candidatos presidenciables son una basca televisiva para ígnaros fanáticos de sus ídolos y de la defensa del sistema corrupto del gobierno mexicano. ¿Qué ganamos los mexicanos con las simplicidades y ataques personales de unos contra otros de los candidotes, si no hay consecuencias legales? NADA!!!.
Son discusiones de lavadero, propio de seres deslenguados sin ninguna responsabilidad social, ética o filantrópica. Lo que gritan son frases emocionales, gruesas, incumplibles, fantasiosas.
Gane quien gane seguirá el gasolinazo, la marginación, la corrupción y el desempleo.
Dentro de sesenta y siete días se habrán gastado en tonterías miles de millones de pesos, con la sola finalidad de aparentar que hay democracia y estado de derecho en México.
El que tenga más lana y número de secuaces, será el ganón. La voluntad popular es una quimera y el mesías tropical un espejismo.
Si por alguna broma de la historia ganara el mocha manos y el que llama a las embarazadas gordas, por fin estaría en la presidencia un machomenos y un payaso.
Así que fans de Márgara. la Calderona; del mocha manos; del cerillo; del pinto o del anciano, continúen memeando, pejeando, anayando, tomando sus margaritas o cuidando sus inocentes manos cleptómanas, que el mocha manos es un peligro para los servidores rateros del erario público.
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